In Opinión

En relación al procedimiento sancionatorio de la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) en contra de la compañía Minera Nevada SpA, que resolvió sancionar con clausura definitiva el proyecto Pascua Lama en territorio ancestral de la Comunidad Agrícola de los Diaguitas Huasco Altinos, venimos a expresar lo siguiente:

1.- Que si bien valoramos esta decisión, que reconoce la lucha que venimos desarrollando durante largos años los Pueblos Originarios que hemos defendido el agua y el territorio huascoaltino, tenemos la certeza de que este episodio es solo un triunfo pasajero, ya que la amenaza que representan este tipo de proyectos mineros altamente contaminantes sobre ecosistemas frágiles, únicos y de gran valor para sus habitantes continúa, amparada por la legislación ambiental chilena, que permite su ingreso al país y en muchos casos, como éste, las sanciones interpuestas llegan cuando el daño ambiental es ya irreversible. En efecto, el daño originado por Pascual Lama ya está hecho; los glaciares, el agua y las vegas alto andinas no volverán a su estado original.

2.- Que al decir que la amenaza sigue latente, alertamos sobre la necesidad de no bajar la guardia ante esta noticia que ha salido a la luz pública con un titular que puede dejar a muchos ciudadanas y ciudadanos de este país contentos, conformes y tranquilos, pero que debemos analizar considerando la experiencia que nos deja la irrupción de otros proyectos de la misma naturaleza. Lo que está pasando con las alianzas entre gigantes mineros como Gold Corp y Teck, quienes han decidido enterrar el proyecto El Morro pero reactivándolo como “Proyecto Nueva Unión”, con los mismos dueños, en el mismo lugar, pero con otro nombre, es un claro ejemplo de ello.

3.- Es importante señalar, además, que muy cerca del proyecto Pascua Lama se encuentra la mina El Encierro, a punto de ser de propiedad de Antofagasta Minerals (Luksic) junto a su aliada la empresa Barrick Gold, ambos titulares con un prontuario de contaminación ambiental importantísimo, tanto a nivel nacional como internacional. Por lo que la posibilidad de una fusión entre estas empresas mineras, para impulsar un nuevo proyecto en el territorio diaguita, no sería nada extraño e incluso predecible.

4.- El director ejecutivo de Barrick Chile, René Muga, ha anunciado en respuesta a esta sanción que se está evaluando otro posible desarrollo minero subterráneo en la zona, el que ya ha sido publicitado por la propia empresa entre los habitantes del Valle del Huasco, casa por casa, como un hecho consolidado.

5.- Más aún, el propio superintendente de Medio Ambiente, Cristián Franzprecisó en medios de comunicación que si la empresa Barrick Gold decide replantear el proyecto bajo modalidades diferentes a las actuales, como la minería subterránea, “está en su derecho está en su derecho de elaborar un estudio de impacto ambiental, ingresarlo al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y como resultado de ese proceso, si llegan a tener una RCA favorable, efectivamente podrán implementar ese proyecto». Por lo que el cierre de todas las instalaciones ejecutadas por Pascua Lama, que la sanción plantea como una “clausura total y definitiva”, es una situación no solo temporal sino que ilusoria, que no asegura la expulsión de Barrick del Valle de Huasco, ni tampoco garantiza la conservación de los ecosistemas o que el agua limpia deje de estar en riesgo vital en territorio diaguita.

6.- Aparentemente se ha cerrado una etapa. Se podría decir que se ha ganado una batalla, pero no la guerra a la contaminación minera en nuestro territorio. Por eso en lo interno «no cantamos una victoria», porque la cicatriz en la madre tierra tras sus zarpazos, da cuenta que esta sanción no borra los irremediables daños acaecidos hasta el momento, ni tampoco los graves impactos en Derechos Humanos provocados a los huascoaltinos y su territorio ancestral. Podemos visionar por lo mismo que ahora comienza, en la lucha contra la megaminería extractivista en la zona, nuevos desafíos.

Los gigantes mineros no abandonarán el Valle del Huasco mientras la ley ambiental chilena persista en admitir sus flagelos sin mayores miramientos u exigencias, mientras ella no contenga acciones efectivas para proteger y conservar verdaderamente el agua y los bienes comunes, mientras los derechos humanos e indígenas de quienes habitamos sobre montañas de oro no sean garantizados, condenándonos a un nuevo ecocidio por la codicia desmedida de unos pocos.

  • Comunidad Agrícola y Diaguita de los Huascoaltinos
  • ​20 enero 2017​
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