Frente a la creciente exclusión política y económica que afecta a los sectores más vulnerables de la población -hecho que quedó nuevamente en evidencia con los bajos niveles de participación de la ciudadanía en el reciente proceso eleccionario municipal- se han fortalecido los movimientos sociales los que se han organizado en defensa de sus derechos vulnerados.
Esta crítica realidad llevó al Observatorio de Derechos de Pueblos Indígenas en julio de este año a la decisión de ampliar su mandato institucional para contribuir de un modo más decidido a la construcción de una ciudadanía activa, plural e inclusiva en el país. Para ello es que conformamos el Observatorio Ciudadano, desde donde esperamos seguir acompañando no solo a los pueblos indígenas en sus luchas por el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos en el país, sino también a otros movimientos ciudadanos, de los que nos consideramos parte, en los esfuerzos por construir una democracia sustentada en los derechos humanos, en particular los derechos que nos asisten como colectivos.
Dado el nuevo mandato del Observatorio, es que a contar de este número del Observador, ampliaremos su perspectiva incorporando, junto a la realidad de los derechos indígenas, aquella relacionada con los derechos ciudadanos en general, y aquella relacionada con las implicancias de la globalización para los derechos humanos.
Esperamos de esta manera poder ampliar nuestro compromiso con los derechos humanos, y en última instancia la profundización de la democracia en Chile, una de la que tanto se habla, pero que para grandes sectores de la población excluidos del sistema político, de los beneficios de la economía, y del acceso a los medios de comunicación, lamentablemente sigue siendo una ilusión.