Los pueblos indígenas en el proceso constituyente chileno

https://debatesindigenas.org/notas/149-pueblos-indigenas-proceso-constituyente-chileno.html

Por José Aylwin y Hernando Silva*

La elección de la constituyente mapuche Elisa Loncón como Presidenta graficó el protagonismo de los pueblos indígenas en la redacción de la nueva Carta Magna. En el mismo sentido, la victoria de Gabriel Boric significó un mayor respaldo institucional y el compromiso de dotar a la Convención con los recursos necesarios para su funcionamiento. La reciente aprobación de la Iniciativa N° 94-1 acrecienta la esperanza de que Chile se convierta en un Estado Plurinacional.

Además de cuestionar la institucionalidad heredada de la dictadura, las exclusiones y las inequidades, la revuelta social de octubre de 2019 puso en tela de juicio el modelo de relacionamiento histórico del Estado con los pueblos originarios. El estallido social posicionó la demanda de estos pueblos por la reconfiguración de Chile como un Estado Plurinacional e Intercultural, así como el reconocimiento de sus derechos colectivos, en especial, el derecho al territorio y a la libre determinación.

Para las elecciones de mayo de 2021, la articulación de los pueblos originarios logró la inclusión de 17 escaños reservados para indígenas sobre un total de 155 que componen la Convención Constitucional: siete para el pueblo Mapuche, dos para el pueblo Aymara y uno para cada uno de los demás pueblos reconocidos por ley. Tras la aplicación de las normas de corrección de paridad, los pueblos indígenas quedaron representados por nueve mujeres y ocho hombres

Aunque se trata de una representación inferior a la demografía indígena, que asciende al 12,8% de la población total, y que tampoco se consideró al pueblo tribal afrodescendiente reconocido por ley en 2020, la elección de constituyentes indígenas significó un hito histórico. En Chile, es la primera vez que los pueblos indígenas participan junto a la sociedad chilena en la elaboración de la Carta Magna que establece nuevas bases de convivencia interétnica e intercultural.Imagen

La Constituyente y la consulta previa

La Convención Constitucional fue constituida el 4 de julio de 2021. Desde su inicio, las temáticas relativas a los derechos de los pueblos indígenas cobraron gran relevancia. En lo formal, se destaca la conformación de una Comisión Provisoria sobre “Participación y Consulta Indígena”. Este órgano recibió a 69 comunidades y personas naturales a lo largo de 22 sesiones para conocer sus opiniones en la generación de propuestas reglamentarias relativas a la participación y consulta de los pueblos en el proceso.

Como resultado, se redactó un Reglamento que recoge, de manera explícita, el derecho propio o consuetudinario de los pueblos originarios, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas y el Convenio 169 de la OIT. Además de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; las Observaciones y Recomendaciones de los Comités de Tratados de Derechos Humanos y de las Relatorías Especiales de Derechos Humanos de Naciones Unidas; y las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

La elección de constituyentes indígenas significó un hito histórico. Es la primera vez que los pueblos indígenas participan junto al pueblo chileno en la elaboración de la Carta Magna que establece nuevas bases de convivencia interétnica.

El Reglamento considera la realización de una consulta indígena constituyente y diversas instancias de participación, como la iniciativa constituyente de pueblos originarios, con el objetivo de que los pueblos originarios puedan proponer textos constitucionales para ser debatidos por la Convención. Para que se implemente el proceso de participación y consulta, también se consideró la conformación de la Comisión de Derechos de los Pueblos Indígenas y Plurinacionalidad

Uno de los principales problemas que ha enfrentado esta Comisión para la implementación del proceso de consulta indígena ha sido los acotados tiempos del proceso constituyente: solo se dispondrá de dos meses para su realización. Además del reducido presupuesto, es necesario recordar que la coalición de derecha encabezada por Sebastián Piñera gobernará el país hasta marzo de 2022. Si bien el presidente electo, Gabriel Boric, ya se ha comprometido a dotar a la Convención Constituyente con los recursos necesarios, estos llegarán muy tarde.

Participación indígena y libre determinación

La inclusión de los pueblos indígenas y de sus derechos está planteada desde el artículo N°1 del Reglamento General de la Convención: “Una asamblea representativa, paritaria y plurinacional, de carácter autónomo, convocada por el pueblo de Chile para ejercer el poder constituyente originario”. Además, se incluye otra serie de derechos indígenas: autonomía, territorio, bienes comunes y pluralismo jurídico. A su vez, cada una de las comisiones cuenta con la participación de al menos dos representantes de escaños reservados indígenas.

En este sentido, el 27 de enero de 2022 la Comisión de Sistema Político, Gobierno, Poder Legislativo y Sistema Electoral aprobó la norma que declara a Chile como un Estado Plurinacional e Intercultural. Patrocinada por 16 constituyentes y liderada por los convencionales indígenas, la iniciativa N° 94-1 indica que los pueblos indígenas son “titulares del derecho de libre determinación” y de los derechos colectivos reconocidos y garantizados por la nueva Constitución y el Sistema Internacional de los Derechos Humanos y de los Pueblos Indígenas.

La iniciativa N° 94-1 señala que el Estado deberá garantizar la participación de los pueblos indígenas en el ejercicio y distribución del poder, incorporando su representación política en la estructura del Estado.

En virtud de esa libre determinación, la propuesta asegura que tienen derecho a la autonomía y al autogobierno. Asimismo, deberán ser reconocidos sus territorios, patrimonio, lengua, cultura, instituciones y jurisdicciones propias. La iniciativa N° 94-1 también señala que el Estado deberá garantizar la participación de los pueblos indígenas en el ejercicio y distribución del poder, incorporando su representación política en la estructura del Estado y los órganos de elección popular.

La propuesta reconoce al menos 11 pueblos y naciones indígenas preexistentes al Estado chileno: Mapuche, Aymara, Rapa Nui, Lickanantay, Quechua, Colla, Diaguita, Chango, Kawashkar, Yaghan y Selk’nam. La iniciativa no descarta que otros pueblos puedan ser reconocidos por ley. Finalmente, se señala que el Estado deberá garantizar el diálogo intercultural en el ejercicio de las funciones públicas con el objetivo de reconocer la diversidad étnica de los pueblos preexistentes.

Hacia un Estado Plurinacional

Si bien recién fue votada en general y aún resta la votación en particular para, posteriormente, pasar al pleno de la Convención, la Iniciativa N° 94-1 es indicativa de la conciencia que existe en la mayoría de las y los constituyentes. En general, la sociedad chilena comprende la necesidad de que la nueva Constitución reconozca a Chile como un Estado Plurinacional. Solo de este modo se pondrá fin a los dos siglos de negación y exclusión que caracterizaron a la historia de nuestro país.

Junto al reconocimiento de los derechos indígenas colectivos, el debate sobre la plurinacionalidad es demostrativa de la agencia que los pueblos indígenas de Chile han tenido para transformar su relación con el Estado y la sociedad chilena a través de la vía institucional. Un análisis minucioso sobre la coyuntura política chilena nos lleva a pensar que el texto constitucional elaborado por la Convención Constituyente propondrá que nuestro país asuma su plurinacionalidad.

Hernando Silva es director del Observatorio Ciudadano y coordinador del Programa Ciudadanía e Interculturalidad.

José Aylwin es coordinador del Programa de Globalización y Derechos Humanos del Observatorio Ciudadano.

Iniciativas de norma de Pueblos Originarios

Corresponde ahora que estas iniciativas, que con esfuerzo han levantado los diferentes pueblos originarios, sean debidamente debatidas, reflexionadas y aprobadas en las comisiones respectivas y en el pleno de la Convención Constituyente y sus contenidos pasen a formar parte de la nueva Carta Constitucional.

Publicada en El Desconcierto

Vencido el plazo para que los diferentes pueblos originarios que habitan Chile presenten sus iniciativas de normas al proceso constituyente, 248 iniciativas de normas trabajadas desde los pueblos originarios han sido presentadas y entrarán al debate constitucional.

Esto, sin duda, hay que celebrarlo por muchos motivos: primero, porque la participación y aportes de los pueblos originarios estará presente en la construcción de la nueva Carta Fundamental, no solo a través de los y las convencionales de escaños reservados que redactarán el nuevo texto constitucional, sino que también porque sus aportes presentados en los diferentes espacios de participación popular que se han abierto, como las audiencias públicas, las semanas territoriales, la Consulta Indígena recientemente anunciada y las iniciativas de norma, serán debatidos en las diferentes comisiones y pleno de la Convención Constituyente.

Asimismo, el haber contemplado un mecanismo especial para la presentación de iniciativas de normas para los pueblos originarios, -que dependiendo del pueblo al que se pertenecía, requería de un número determinado de patrocinios de comunidades u organizaciones indígenas, o de un cacicazgo tradicional o 120 firmas-, fue una acción importante que los ayudó a superar barreras en su participación.

La construcción de estas iniciativas ha implicado un arduo trabajo desde los diferentes territorios. El resultado es que los diez pueblos indígenas reconocidos legalmente, han logrado presentar iniciativas de norma. Y si bien el pueblo tribal afrodescendiente chileno, a pesar de estar reconocido legalmente, no fue considerado en este mecanismo especial de iniciativas normativas, y no logró reunir las 15.000 firmas para presentar su iniciativa popular de norma para el “Reconocimiento constitucional del pueblo afrodescendiente chileno”, se ha incluido en algunas iniciativas de normas indígenas que buscan “asegurar el acceso a los derechos fundamentales a toda la población indígena y afrodescendiente de Chile” o el “reconocimiento y oficialización de la medicina ancestral indígena y/o tribal”, entre otras.

Sobre las iniciativas presentadas, son diversas y amplias las temáticas que se desarrollan, siendo las referidas a “Derechos fundamentales” las más numerosas (98 iniciativas), seguidas por “Formas de Estado, ordenamiento, autonomía, descentralización, equidad, justicia territorial, gobiernos locales y organización fiscal” (41 iniciativas) y «Sistemas de Conocimientos, Culturas, Ciencia, Tecnología, Artes y Patrimonios” (28 iniciativas), entre otras.

En general los temas presentados son transversales a todas las temáticas que trabajará la Convención Constituyente, aunque con un fuerte énfasis en las demandas históricas de los pueblos indígenas u originarios. Así por ejemplo, han ingresado iniciativas vinculadas al reconocimiento del genocidio y reparación a los pueblos indígenas; el reconocimiento a la preexistencia de las naciones y pueblos originarios que habitan Chile; el reconocimiento y aplicación de los tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos concertados entre los pueblos y naciones preexistentes; el reconocimiento de Chile como estado plurinacional e intercultural; escaños reservados para pueblos originarios, creación de tribunales indígenas, reconocimiento y promoción de la salud y medicina ancestral, protección y garantía de los derechos lingüísticos, reconocimiento a principios indígenas como el Itrofill Mongen; el reconocimiento, resguardo y protección de los derechos de la naturaleza y; la garantía y promoción a los medios de comunicación indígena.

Sirve resaltar en estas propuestas, la garantía a los derechos territoriales que han sido abordados por los diez pueblos originarios, a través de diversas iniciativas que buscan la restitución, protección y garantía de los territorios ancestrales, incluyendo en el concepto de territorio ancestral -en concordancia con los instrumentos internacionales de derechos humanos-, los espacios costeros y marinos, los sitios de significación cultural y espiritual, los caminos ancestrales y sitios de trashumancia, las áreas de producción, aprovechamiento y conservación de la naturaleza en sus múltiples dimensiones; así como el control político, cultural y espiritual que los pueblos quieren ejercer sobre dichos espacios, resaltando el rol de los pueblos originarios como custodios de estos territorios. Incluyendo una iniciativa que solicita garantizar los derechos territoriales de los pueblos indígenas en áreas silvestres protegidas, solicitando que “los pueblos indígenas cuyas tierras y territorios de uso y ocupación tradicional hayan sido declarados como Áreas Silvestres Protegidas sin su consulta y consentimiento libre previo e informado, tienen el derecho a que dicha propiedad les sea restituida si así lo demandaran». Por lo que la importancia del territorio se hace evidente en las múltiples iniciativas que lo abordan y como un derecho que garantiza la reproducción social, espiritual, política y cultural de los pueblos indígenas que habitan Chile.

El derecho al agua, es otra iniciativa que casi todos los pueblos originarios han abordado, sea exigiendo la restitución del agua como bien común para todas las formas de vida, o el reconocimiento de este derecho desde la perspectiva de los pueblos y naciones originarias, respetando la relación espiritual y cultural que guardan los pueblos indígenas con las aguas y, la reparación, restitución o indemnización por las aguas superficiales y subterráneas que tradicionalmente hayan poseído, ocupado u utilizado y que hayan sido agotadas, confiscadas o dañadas, entre otros.

Asimismo, algunas iniciativas se enfocan en grupos específicos dentro de los pueblos originarios, como las mujeres indígenas; los niños, niñas y adolescentes; las personas indígenas en situación de discapacidad y las personas mayores indígenas. Y de estas iniciativas, la mayoría busca garantizar los derechos de las mujeres indígenas, como el derecho a vivir una vida libre violencias, exigiendo al Estado el deber de prevenir, sancionar, reparar y erradicar todo tipo de violencia contra las mujeres indígenas, especialmente aquellas que sean producto de la desigualdad estructural; el garantizar una educación indígena con enfoque antirracista, que permita educarse en un espacio libre, sano y sin violencia; el derecho a la participación de las mujeres indígenas garantizando la implementación de criterios de representatividad y paridad que permitan asegurar la participación efectiva de la mujer indígena en cargos políticos y dentro de sus comunidades; la creación de tribunales indígenas con perspectiva de género; el garantizar los derechos sexuales y reproductivos de las personas pertenecientes a naciones originarias de acuerdo a las costumbres de cada pueblo; el reconocer y promover la producción alimentaria, junto a la distribución y consumo de alimentos, entre otras importantes iniciativas. Esto, sin duda, ayudará a abordar los derechos de estos colectivos desde un enfoque interseccional, visibilizando las múltiples barreras y discriminaciones que afrontan no solo por pertenecer a pueblos originarios, sino también por ser mujeres, niños, niñas o adolescentes, personas con discapacidad o adultos mayores.

Corresponde ahora que estas iniciativas, que con esfuerzo han levantado los diferentes pueblos originarios, sean debidamente debatidas, reflexionadas y aprobadas en las comisiones respectivas y en el pleno de la Convención Constituyente y sus contenidos pasen a formar parte de la nueva Carta Constitucional. Por nuestra parte, corresponde conocer estas propuestas, difundirlas y apoyarlas, para empezar a reconocernos como la sociedad diversa, plural y multilingüe que somos, y porque el asegurar que los derechos de todos los pueblos se encuentren garantizados, es una deuda que como sociedad y país tenemos con los pueblos originarios.

Karina Vargas Hernández
Karina Vargas Hernández es coordinadora del Programa Derechos de los Pueblos Indígenas del Observatorio Ciudadano de Chile.