In Declaración

PRIMERO: Su enérgico repudio por las graves decisiones adoptadas por el Gobierno de Piñera en la República de Chile para contener y limitar las protestas sociales, en respuesta a las mismas políticas de recesión, ajuste y crisis política, social, económica, cultural e institucional desarrollada  por el Primer Mandatario, quien solo ha respondido violando todos los derechos humanos teniendo como consecuencia directa de la salvaje y represiva intervención y persecución política llevada adelante por el brazo armado los carabineros,  generando una dictadura que se propone eliminar al pueblo en vez de escuchar sus reclamos

SEGUNDO: El  Cese URGENTE  al toque de queda y militarización en las calles de toda la República de Chile; Fin del Estado de Emergencia; Fin de la Represión Criminal, y que se aclaren las denuncias por violaciones a los Derechos Humanos; Investigación  a las acciones represivas, presencia en Chile con EXTREMA URGENCIA, de Organismos y Observadores Internacionales de Defensa de los Derechos Humanos de la ONU;  Convocatoria al dialogo a Gremios, Sindicatos, Centro de estudiantes y organizaciones política para salir de manera ordenada y pacífica del caos y crisis que ha generado el actual gobierno y que se encuentra toda la sociedad de Chile.-

 TERCERO: Comuníquese al Poder Ejecutivo; al Poder Ejecutivo Nacional; a los Parlamentos de las Provincias; A los Legisladores por la Provincia de Misiones; a la Embajada de Chile en Argentina; al Servicio Paz y
Justicia-SERPAJ-; Al Ministerio de Derechos Humanos de Misiones; al Ministerio de justicia y Derechos Humanos de la Nación; Embajada de Chile en Argentina; al Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Argentina; Al Parlamento del Mercosur;

FUNDAMENTOS

El jueves 17 de octubre por la mañana los estudiantes secundarios sorpresivamente comenzaron una masiva evasión al Metro de Santiago, Republica de Chile, por el alza de 30 pesos recién anunciada por las autoridades. Esos estudiantes son hijos de la gran población, jóvenes de colegios públicos que el sistema educacional chileno ha dejado abandonados para que se vuelvan parte de la maquinaría de la pobreza del sistema neoliberal operada por la clase política hace ya 30 años, que con más o menos reformas vienen administrando como un modelo exitoso y diferenciado en la región.

El Presidente de Chile, Sebastián Piñera un empresario de derechas en su segundo mandato acaba de comentar en un foro internacional hace dos semanas, que Chile se levanta como una isla próspera y sin los conflictos sociales que vive la región. Anuncio que se le devolvería como un fatídico viaje sin retorno por estos días: Chile, la isla que publicitaba Piñera como si fuese una de sus exitosas empresas, comenzaba a hundirse sin que ningún actor de la clase política chilena tuviese la capacidad de contener ni explicar la revuelta social en curso.

Desde ese jueves, el paisaje público y social de la demanda específica fue tomando un carácter masivo y nacional constituyéndose como catalizador inorgánico de las desigualdades de Chile expresadas en diversos temas no resueltos: salud, salarios, educación, transporte público, previsión social, todas ellas y más, esferas de vida de los chilenxs que no coincide con el relato del progreso y bienestar que el modelo neo-liberal narra con tanto éxito fuera y dentro de Chile.

La ineptitud, indiferencia y la prepotencia de las autoridades ya había comenzado con un relato irritante y torpe lanzado públicamente hacia los usuarios del sistema de transporte público de Santiago: Monkeberg, El Ministro del Trabajo del Presidente Piñera recomendaba inéditamente a los santiaguinos que se levantaran más temprano de lo habitual, es decir que madrugaran para viajar en el Metro, recomendación para usar el rango tarifario más económico desde las 7 de la mañana. La torpeza de esas declaraciones quedará como antecedente histórico de la poca sensibilidad hacia la población más pobre y masiva, usuarios del sistema junto a las capas medias empobrecidas. Un día de evasión por el boleto del metro se había transformando en una revuelta social que nadie había imaginado. El Metro comenzó a ser suspendido gradualmente por las protestas que tenían finalmente el carácter de desobediencia civil y que fueron violentamente reprimidas por la policía. En unas horas toda la población de Santiago caminaba sin transporte público llenando Alameda como si camináramos a una gran manifestación o si hubiese ocurrido un terremoto. El desastre no era natural, sino represivo y fue ampliándose cada vez más con la respuesta del gobierno el viernes 18 de octubre sentenciando que no cambiaría un ápice las medidas respecto al alza del boleto del Metro.

Para el viernes 18 en la noche Santiago ardía. Estaciones de Metro, supermercados comenzaron a iluminar una noche histórica de la revuelta en distintos lugares de la ciudad; desde el momento que comenzó el conflicto, la violencia de los carabineros se desato y dejo a una semana de comenzar la revuelta, 11 muertos contados hasta la fecha.

Con luz de día y a cara descubierta la población comenzó a protestar en un masivo ruido de cacerolas que invadió toda la Región Metropolitana del Gran Santiago y la suma del resto del país gradualmente. Para profundizar el conflicto, gran parte de los medios de comunicación y el gobierno comenzaron a calificar la protesta social como violenta, vandálica, narrativa de criminalización de la demanda, ubicando a los ciudadanos como delincuentes. Los medios alternativos y algunos pocos reconocidos se apartaron de dicha narrativa vacía que solo ve la violencia desde sus intereses y esconde la mayor de todas, la violencia del propio modelo.

Hay multitudes que protestan pacíficamente, la policía corre detrás de la gente reprimiendo como si la historia volviera a retroceder. Los militares están la calle y los helicópteros sobrevuelan la ciudad buscando al enemigo interno. Llevan una semana del Estado Emergencia declarado por las autoridades políticas, las garantías constitucionales están suspendidas. Todo este ordenamiento represivo es el mismo de la constitución del 80 instalada por la dictadura de Pinochet y sus civiles. El mismo sector de la sociedad que vuelve aplicar las mismas y únicas formas que tienen para gobernar. La democracia que pensamos que habíamos ganado diluye sus garantías de protección cuando los pobres sin ciudadanía exigen una nueva vida. La democracia es un relato robado. La excepcionalidad de la violencia hoy aplicada a las multitudes corre como la verdadera política, nunca hubo diferencia. La excepcionalidad es en realidad la regla.

Toda ésta revuelta, retrae a procesos tristes y dictatoriales de años pre democracia y que aun perduraron hasta la fecha, con desactivación aparente pero con las mismas recetas que esos años oscuros.

En muchas regiones del país están con el toque de queda; las manifestaciones son cada vez más convocadas, con la consigna de “Chile despertó”, una manifestación multitudinaria y cotidiana en Plaza Italia en el centro de Santiago, se concentran diariamente miles de personas, jóvenes, mujeres, gays, travestis, lesbianas, estudiantes, trans, trabajadores, maricas, activistas disidentes, universitarixs, profesores, artistas, todxs las comunidades posibles que con solo cacerolas en sus manos repetían un mantra colectivo: No sabemos lo que va a pasar los próximos días. El gobierno ha renunciado al mandato de representar el sentimiento del país; a través del Decreto Exento 958 del 21 de Octubre del corriente año, el gobierno chileno de Piñera, llamo al Ejército de reserva en post del Estado de excepción constitucional de Emergencia, en un lapso de 13 trece días;

Chile se alza, el pueblo de antaño que gritaba en las calles ha vuelto con rostro joven en un nuevo ciclo. La crítica del modelo es transversal sin la retórica anterior. Más bien este desborde de multitudes tocando cacerolas, invadiendo la ciudad vuelve a plantear algo tan básico y primordial que la política tradicional abandonó por el pacto con el poder económico: queremos vivir con dignidad y no como esclavos.

Una multitud con miles de ojos y bocas que se mueve sin miedo desafiando la fuerza militar y policial. Esta revuelta solo grita a partir de la rabia y contra el abuso. Su fuerza es tan brutal y desbordantemente inorgánica que ya aparecerá alguna estrategia para aplacar esa furia.

El último balance del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) reveló que 243 menores de edad (142 niños y 41 niñas), y más de 2.410 personas han sido detenidos durante las protestas sociales registradas en la República de Chile; un total de 535 personas heridas por armas de fuego y más de 80 acciones judiciales y 12 muertos;

Tras el estallido social, en redes sociales han circulado videos y denuncias de ciudadanos que acusan abuso de poder contra menores por parte de Carabineros y las Fuerzas Armadas.

Hasta las 12:00 horas de este miércoles 23 del corriente mes y año, el INDH ha presentado 39 acciones judiciales en favor de niños, niñas y adolescentes que han sufrido golpes, malos tratos físicos y verbales, desnudamientos y heridas por balines.

Además han podido constatar que, en la región Metropolitana, 24 niños han sido ingresados a hospitales públicos por diferentes lesiones; por este motivo, el organismo ha presentado 35 querellas criminales, de las cuales, varias involucran a menores de edad que fueron golpeados u obligados a desnudarse y hacer sentadillas.

Una vez más Latinoamérica se levanta contra las medidas económicas injustas de un gobierno neoliberal; Así como en Haití, Ecuador, ahora es Chile, y en todos los casos la furia represiva causó muertos, heridos y encarcelados por protestar.

Desde el Bloque del partido Agrario y Social Rechazamos las violencias policiales de los carabineros enviados por el mandatario Piñera, y exigimos el cese de la represión al pueblo de Chile y, el cese de la militarización en todo el territorio de la República de Chile; asimismo convocamos a un llamamiento al estado del hermano país de Chile, para que se convoque al  dialogo para obtener una salida pacífica del caos del modelo económico que sólo provoca desigualdad. El pueblo chileno debe soportar las alzas de precios, las injustas tarifas que se deben pagar para educarse, para tener acceso a la salud y en general para desarrollarse como personas y como pueblo; asimismo instamos a las autoridades pertinentes que se realice una investigación  a las acciones represivas, presencia en Chile, con EXTREMA URGENCIA de Organismos y Observadores Internacionales de Defensa de los Derechos Humanos de la ONU; Convocatoria al dialogo a Gremios, Sindicatos, Centro de estudiantes y organizaciones política para salir de manera ordenada y pacífica del caos y crisis que ha generado el actual gobierno y que se encuentra toda la sociedad de Chile.

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