Cambio climático: las comunidades exigen justicia contra las empresas contaminantes

Bogotá, París, Quito, Santiago.- 23 de septiembre de 2021 – Hoy, la FIDH junto a sus organismos miembros firmantes* interponen las primeras dos  acciones legales en Chile y Colombia para hacer justicia frente a empresas contaminantes que vulneran los derechos humanos y contribuyen al cambio climático. #SeeYouInCourt (#NosVemosEnLaCorte) no es solo un hashtag, ni un aviso, ni únicamente una campaña. Es el inicio de una serie de acciones que tienen como fin denunciar aquellas prácticas nocivas de empresas que impiden a decenas de miles de comunidades alrededor del mundo la posibilidad de vivir en un entorno sano, seguro, limpio y sostenible.

«La plata no lo puede todo, la naturaleza es invaluable y su destrucción causa daños perpetuos e irreparables. Defenderla es denunciar los impactos sociales, económicos y espirituales que las empresas han causado mediante su destrucción, poniendo en riesgo la pervivencia de nuestro pueblo», dijo Luis Misael Socarras Ipuana, defensor de derechos humanos y líder des las comunidades Wayuu de la Guajira, en Colombia.

Desde hace más de un año, lanzamos acciones judiciales coordinadas contra las multinacionales implicadas o los Estados que les conceden los permisos. Hoy se presentan dos nuevas acciones que esperamos sean decisivas.

En Chile, el Observatorio Ciudadano junto a la Fundación Terram con el apoyo de la organización local Mujeres de Zona de Sacrificio en Resistencia, interponen hoy una acción de amparo contra la empresa AES Gener por las consecuencias de la contaminación causada por la operación de centrales eléctricas de carbón, incluyendo intoxicaciones masivas de la población, y por la incapacidad de las autoridades ambientales de fiscalizar adecuadamente sus emisiones.

Una segunda acción se presenta hoy en Colombia. El CAJAR – Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”, junto a un grupo de comunidades locales piden a la CIDH -Comisión Interamericana de Derechos Humanos- medidas cautelares por el riesgo de daños irreparables causados por el desvío del arroyo Bruno y la intención de explotarlo para permitir la expansión de la mayor mina de carbón a cielo abierto de América Latina, Carbones del Cerrejón perteneciente a las multinacionales mineras Anglo American, Glencore y BHP. Esta operación ha puesto en grave riesgo la supervivencia de los pueblos étnicos en la zona y ha generado la destrucción del frágil ecosistema de bosque seco tropical, en medio de un contexto de crisis hídrica y climática.

Frente a la permisividad del Estado y a la ausencia de una mínima debida diligencia de las empresas responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático con grave impacto en los derechos humanos, hemos decidido recurrir a los tribunales como última instancia para impedir ello siga ocurriendo”, señaló José Aylwin, del Observatorio Ciudadano de Chile.

La campaña #SeeYouInCourt contempla otras acciones en varios continentes e incluye casos en curso presentados recientemente. No es de sorprender que los primeros tengan lugar en Sudamérica, debido a las enormes desigualdades de la región y a la histórica legitimación de prácticas y políticas que denostan a las comunidades y anteponen el lucro empresarial particular por encima del bienestar social y ambiental. Si bien la campaña se centra en las empresas, los Estados son también responsables de manera frecuente al propiciar, defender o hacer la vista gorda ante atropellos e injusticias por parte de las empresas.

Para respaldar la multiplicación de acciones judiciales contra las empresas contaminantes, la FIDH invita al público en general a participar en el financiamiento de nuevas acciones.

Mediante la multiplicación de acciones legales como estas, interpuestas de la mano de  comunidades afectadas por empresas transnacionales que destruyen el planeta y vulneran los derechos humanos en total impunidad, la campaña busca obtener reparación y avanzar en la lucha internacional por el reconocimiento del derecho a vivir en un ambiente sano, contribuyendo a corregir un punto ciego de las políticas climáticas y medioambientales: la responsabilidad de las empresas.

 «Proteger el planeta y luchar contra la crisis climática son dos de los mayores retos de nuestro tiempo. Los Estados deben escuchar las demandas de las comunidades para que el derecho humano a un medio ambiente sano sea reconocido y se regule a las empresas por los impactos de sus operaciones», declaró Alice Mogwe, presidenta de la FIDH.

El lanzamiento de la campaña #SeeYouInCourt» llega en un momento de debates decisivos en los organismos internacionales -Naciones Unidas y la COP26- sobre la crisis medioambiental. Es una forma de participar en los plazos decisivos que marcarán el final de 2021, y de influir en los debates.

Las comunidades locales no son víctimas pasivas: desempeñan un papel único en la protección de sus derechos y su territorio frente a daños que en última instancia son susceptibles de afectar a toda la población. La FIDH las acompaña en los litigios y amplificando su voz, silenciada por siglos. La indignación de estas comunidades hace eco de la de todo el planeta ante la destrucción del medio ambiente.

Las catástrofes medioambientales, el cambio climático, los conflictos por los recursos naturales y el agotamiento de los alimentos tienen consecuencias directas para el derecho a la salud, el derecho al agua, el derecho a la alimentación, el derecho a la vivienda y, en general, el derecho a una vida digna. Por ello, la FIDH está firmemente comprometida con el reconocimiento y la defensa del derecho a un medio ambiente sano como un «nuevo» derecho humano por derecho propio.

*Organizaciones miembros de la FIDH firmantes:

  •     CAJAR – Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” – Colombia
  •     Observatorio Ciudadano – Chile

#SeeYouInCourt

#NosVemosEnLaCorte

Descubre aquí el sitio web dedicado y el kit de comunicación que hemos preparado para la campaña.

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Día Mundial del Clima: Los principales desafíos para la lucha en contra del cambio climático en Chile

Esta conmemoración se lleva a cabo este año en medio de un contexto complejo a nivel global y local, teniendo en cuenta los desafíos internacionales, los impactos de la pandemia y los compromisos nacionales climáticos. En esta nota, diversos actores de la sociedad civil destacan los puntos más relevantes de 2021 en materia climática.

Este viernes 26 de marzo se conmemora un nuevo Día Mundial de Acción del Clima, en un “año decisivo para enfrentar la emergencia climática global”, como enfatizó el Secretario General de las Naciones Unidad, António Guterres, debido a los resultados que arrojó el último informe provisional de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC, por sus siglas en inglés) publicado en febrero, alertando que los compromisos de los gobiernos no se acercan al nivel de ambición necesaria para limitar el cambio climático a 1,5 grados y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.

En este escenario, la acción climática de los Estados debe ser más ambiciosa y eficiente, pues pareciera que el tiempo para dar una respuesta efectiva a los impactos de este fenómeno es cada día más limitado.  El caso de Chile no es la excepción y desde diversas organizaciones de la sociedad civil nacional, pertenecientes a la Mesa Ciudadana de Cambio Climático, presentan sus inquietudes y proyecciones en este período, instando al Gobierno central a avanzar con la celeridad que esta emergencia posee.

Gloria Lillo de la Fundación Heinrich Böll Stitung, señala que, en términos generales, “Chile debe moverse desde los esfuerzos de mitigación, hacia la adaptación, pues nuestros ecosistemas y grupos humanos más vulnerables ya están sintiendo los impactos del cambio climático, muchas veces de forma dramática, y la respuesta que requieren desde el Estado debe ser coordinada, planificada y participativa”.

El camino hacia la carbono-neutralidad de Chile:

En abril de 2020, Chile presentó ante la CNMUCC la actualización  de su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC), momento en el que el Ejecutivo comprometió que el país será carbono-neutral en 2050. Este también es el principal objetivo de la Ley Marco de Cambio Climático que aún se encuentra en discusión en el Congreso nacional.

Para lograrlo, el país tiene una serie de acciones pendientes, especialmente en el área de energía, según destacan desde Fundación Terram y ONG FIMA, organizaciones que sostienen que el cronograma de descarbonización comprometido por el Gobierno y las generadoras en 2019, es una de las acciones pendientes para cumplir con las metas climáticas del país.

“Teniendo en cuenta que la nueva NDC presentada por Chile busca lograr que el año peak de emisiones de gases de efecto invernadero sea el 2025, no se entiende que desde el sector energético no exista para este año ningún cierre programado para otras centrales a carbón, habiéndose apagado ya cinco unidades termoeléctricas y quedando aun otras 23 por apagar al 2040. Esto solo nos recuerda la urgente necesidad por acelerar el cierre de las restantes sucias unidades que el país aún mantiene en funcionamiento, junto con su desmantelamiento y descontaminación de las zonas afectadas”, señala Gary González, de Fundación Terram.

En ese sentido, las principales zonas afectadas son cinco en el territorio chileno, las cuales mantienen una desmesurada carga ambiental -con parques industriales de grandes dimensiones – en comparación al resto del país. Estas son las llamadas Zonas de Sacrificio. «Chile debiera acelerar el proceso de descarbonización, de manera de terminar con las zonas de sacrificio, mediante medidas vinculantes de transición que sean social y ambientalmente justas”, refuerza Gabriela Burdiles de ONG FIMA.

Por su parte, Gilberto Ortiz de CODEFF, señala que el principal desafío a nivel nacional “es lograr que se elabore y promulgue la Ley de Cambio (Emergencia) Climática en una forma tal que constituya un instrumento efectivo y con recursos para la acción de adaptación y mitigación frente al cambio climático”, ya que esta vendría a materializar una serie de acciones para avanzar a la carbono-neutralidad en el año propuesto por el Gobierno.

Reactivación económica:

Además de este fenómeno, la pandemia ha puesto otra urgencia a nivel global, impulsando a los Estados a incorporar en sus políticas públicas planes de reactivación económica, los que, muchas veces, no logran dar una respuesta asertiva a la crisis ambiental de nuestro tiempo. Desde ONG FIMA, Burdiles señala que sería ideal “impulsar medidas de reactivación económica centradas en la adaptación al cambio climático, desde los territorios, como prioridad» en Chile, debido a sus escasos avances climáticos en este tema.

“Este 2021 debe marcar un punto de inflexión en la gestión y relación con la naturaleza, sobre todo si Chile apuesta a cumplir con el compromiso de ser carbono neutral al 2050. En ese marco, la posibilidad de promover una reactivación transformadora en materia de transporte, gestión de residuos y agricultura es fundamental y posible. La coyuntura nacional y la necesidad de atender las crisis es un terreno fértil para pasar de las palabras a la acción”, refuerza Karla Maass desde CAN-Latinoamérica.

Por su parte, Uri Colodro de WWF Chile, enfatiza que alcanzar una reactivación verde o transformadora debe ser un esfuerzo conjunto de la sociedad: “es relevante que esto no solo sea impulsado desde la sociedad civil, sino que también incorpore los esfuerzos del sector productivo y empresarial, los gobiernos locales, las comunidades y otras instituciones que también se comprometan con cambios ambiciosos para reducir al mínimo las emisiones y la huella ecológica, contribuir a una economía circular y a hábitos y modos de vida más sustentables”.

Nueva Constitución para Chile:

Por otra parte, uno de los temas que genera mayor expectación, es el proceso constituyente por el que atraviesa el país, justamente en este momento que está ad portas de las elecciones de las 155 personas que estarán a cargo de redactar una Nueva Constitución. Sin duda alguna, la sociedad civil espera que la emergencia climática tenga protagonismo en el debate.

“Con un proceso Constituyente en marcha, tenemos la oportunidad de sembrar los cimientos para la transformación que necesitamos. Chile podría ser el primer país en descarbonizar su matriz energética, dando un valioso ejemplo para la región. Además, debe asegurar un futuro equilibrado y justo para quienes ya están sufriendo la crisis climática y ambiental. Para ello, es importante proteger y conservar los espacios y funciones naturales que aún quedan y ayudar a regenerar lo que se ha dañado. La naturaleza es capaz de dar sustento y bienestar a todos los seres vivos, pero tenemos que darle la posibilidad de hacer lo suyo”, opina Florencia Ortúzar desde AIDA.

En otros temas, hay una serie de compromisos y deberes que el Estado de Chile no ha concluido. Por ejemplo, Arianne Van Andel de Fundación Otros Cruces recalca que sigue siendo “imprescindible que Chile firme el Acuerdo de Escazú” para que se “garantice la seguridad de los y las defensores de la Tierra”. Además, Van Andel cree que avanzar en una regulación de cuencas es un tema pendiente “para garantizar el derecho al agua a todos y todas, parando el acaparamiento de aguas y la intervención de los ríos”.

Por su parte, desde la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, señalan que se necesitan una serie de acciones que manejen y protejan las fuentes de almacenamiento de carbono forestal, como una de las principales acciones para mitigar el cambio climático. Por ejemplo, evitar cambios de uso de suelo; incorporar incentivos eficaces a la Ley de Bosque Nativo (N° 20.283); modificar la meta de restaurar 200 mil hectáreas al 2030, porque en realidad se necesita recuperar y restaurar 100 mil hectáreas por año; entre otras que apuntan a “una nueva institucionalidad forestal que atienda la problemática del sector como corresponde. Las propuestas señaladas se pueden iniciar ya, con voluntad política y por la urgencia del cambio del clima”, recalcan desde la agrupación.

*El Observatorio Ciudadano es parte de la Mesa Ciudadana de Cambio Climático, espacio compuesto por organizaciones de sociedad civil que investigan sus impactos y generan propuestas y exigir de las autoridades respuesta a la altura de los desafíos que tenemos como país y a nivel global.

Organizaciones y comunidades indígenas demandan consulta indígena del Proyecto Ley Marco sobre cambio climático

  • En una detallada minuta que dirigieron a la Comisión de Medio Ambiente del Senado y el Ministerio de Medio Ambiente, entregan argumentos basados en el derecho internacional y del impacto y contribución de pueblos indígenas frente al cambio climático para fijar la procedencia de la consulta previa.

Por comunicaciones Observatorio Ciudadano

«Derecho de los Pueblos Indígenas a ser Consultados sobre el Proyecto de Ley Marco sobre Cambio Climático«, se titula el documento que organizaciones y comunidades indígenas elaboraron para hacer presente el deber del Estado de Chile de consultar a los pueblos indígenas y denunciar la situación de incumplimiento en la que se encuentra, en particular el Ministerio del Medio Ambiente y el Congreso Nacional, al avanzar en la tramitación de este proyecto de ley sin el debido proceso de consulta, como lo exige expresamente el Convenio 169 de la OIT para el caso de medidas legislativas que puedan afectar sus derechos e intereses.

La minuta fue remitida a la Comisión de Medio Ambiente del Senado, donde actualmente se tramita el proyecto, y al propio Ministerio, detallando múltiples argumentos basados en el derecho a consulta y en la situación de asimetría, inequidad y especial vulnerabilidad de los pueblos indígenas frente al cambio climático.

Destacan que la asimetría e inequidad radica en que si bien los pueblos indígenas no son quienes han contribuido con las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero, se encuentran entre los grupos más vulnerables a sus efectos, ya que habitan en las áreas geográficas más expuestas a eventos climáticos extremos y sus medios de vida dependen de estos territorios, lo que ha sido señalado también por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, 2019).

“Los pueblos aymara, quechua, likanantai, colla, diaguita son especialmente vulnerables a los aumentos de los períodos de sequías y a la escasez del recurso hídrico, elemento vital para sostener sus modos vida; el pueblo mapuche en algunas territorialidades también se está viendo afectado por la sequía, pero también por la amenaza de crecientes incendios en los bosques que habitan y por la pérdida de biodiversidad; los pueblos chango, rapa nui, mapuche (lafkenche, williche), kawésqar y yagán como habitantes ancestrales de zonas costeras y de islas son especialmente vulnerables al aumento del nivel del mar”, citan como ejemplos.

Agregan que esta situación que les afecta “es aún más inequitativa si se considera que desde tiempos ancestrales habitamos y custodiamos importantes sumideros de carbono –ecosistemas de bosques, áreas costeras y marinas, bofedales, humedales y turberas– y por lo tanto cumplimos un rol clave en la mitigación del cambio climático”, algo que viene siendo reconocido desde hace décadas por distintos foros internacionales (CBD, UICN). Sin embargo, en Chile cuentan con escaso reconocimiento y apoyo por parte del Estado. “Por el contrario, encontramos importantes trabas para la formalización de nuestras tierras y territorios y muchas veces somos criminalizados por defender nuestros derechos territoriales frente al avance de la industria extractiva”, recalcan.

Alertan que el Proyecto de Ley “no menciona en ninguna parte de su texto a los pueblos indígenas” y recuerdan “que esta no es la primera vez que el Estado no reconoce la importante relación que tenemos los pueblos indígenas con la biodiversidad, los recursos naturales y el medio ambiente” ya que el año 2014 el Proyecto de Ley de Biodiversidad inició su trámite legislativo también sin mencionar a los pueblos indígenas” y que luego por la exigencia de organizaciones indígenas “el Ministerio de Medio Ambiente debió realizar un proceso de Consulta Indígena a nivel nacional (2016-2017), el que ha modificado sustancialmente el proyecto original.”

Finalmente, exigen ser consultados señalando que “la acción climática requiere además de soluciones innovadoras y ambiciosas, de la participación activa de todos los actores claves en la lucha contra el cambio climático, y en especial de los pueblos indígenas”.

Revisa la minuta AQUÍ

Foto: Lorena Arce, Observatorio Ciudadano

Organizaciones ciudadanas presentan indicaciones al proyecto de Ley Marco de Cambio Climático

Recientemente, la prestigiosa revista Nature destacó un estudio advirtió que aunque se cumplieran los objetivos del Acuerdo de París, es decir, limitar el aumento de la temperatura a 2°C por sobre los niveles preindustriales, sería inevitable prevenir el derretimiento del hielo de la Antártida, lo cual podría generar que el nivel de los océanos crecería en unos 2,4 metros aproximadamente, afectando a varias ciudades costeras del mundo. Esta y otras evidencias, demuestran que el cambio climático avanza muy rápido y plantea que, como especie, debemos adaptarnos a sus desafíos con urgencia.

La necesidad de combatir el cambio climático conlleva a contar con adecuadas políticas públicas. El Gobierno presentó al Congreso Nacional el Proyecto de Ley que fija la Ley Marco de Cambio Climático (boletín n° 13.191-12), cuyo objetivo es “hacer frente a los desafíos que presenta el cambio climático; transitar hacia un desarrollo bajo en emisiones de gases de efecto invernadero, hasta alcanzar y mantener la neutralidad de emisiones de los mismos; reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia a los efectos adversos del cambio climático; y, dar cumplimiento a los compromisos internacionales asumidos por el Estado de Chile en la materia”, según señala el texto de la iniciativa.

El proyecto se encuentra en su primer trámite constitucional en el Senado, donde después de haberse aprobado en general en la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales, y posteriormente en sala, se abrió un período de indicaciones que cumplió formalmente su plazo este viernes 25 de septiembre, y que de acuerdo a lo acordado en la última sesión de la Comisión, es posible que se extienda de manera acotada.

La Mesa Ciudadana de Cambio Climático, coalición que reúne a 14 organizaciones ambientales nacionales, puso a disposición de senadoras y senadores más de un centenar de indicaciones a este proyecto de Ley, las que, en términos generales, hacen un llamado al Congreso Nacional a reformular los aspectos centrales del proyecto, integrando, por ejemplo, la visión de adaptación en su contenido. “Debemos indicar que el proyecto de ley se focaliza en la mitigación sin integrar y considerar apropiadamente la adaptación. En Chile, si bien debemos abordar la mitigación o cantidad de emisiones que producimos, es fundamental enfrentar nuestra gran vulnerabilidad y sobre todo el sufrimiento de los grupos más vulnerables”, señalan.

A su vez, la agrupación llama la atención (nuevamente) sobre la necesidad de fortalecer la participación ciudadana en esta materia, considerando que no involucra a los pueblos originarios y solamente contempla una serie de “consultas ciudadanas”, mecanismo que según la perspectiva de las organizaciones, nada tienen que ver con el “real involucramiento e incidencia de los habitantes del país en la toma de decisiones”, ya que estas tienen un carácter informativo o consultivo, “que es irrelevante a la hora de la toma de decisiones”, opinan. “Por su parte, el gobierno ha decido no firmar el Acuerdo de Escazú, lo cual lamentamos, pues claramente tiene un impacto negativo en la tramitación del proyecto”, añade Rodrigo Herrera Jeno, Secretario Técnico de la Mesa Ciudadana de Cambio Climático.

Por si te lo perdiste: Lorena Arce del Observatorio Ciudadano: “La insistencia del Estado en imponer su modelo de desarrollo, ha impedido avanzar hacia un diálogo intercultural con los pueblos indígenas”

Chile necesita urgente una buena Ley de cambio climático. Hay que reconocer que la existencia de una meta que fije la carbono neutralidad al 2050 es un paso importante. Sin embargo, necesita una serie de mejoras como el fortalecimiento de la adaptación, incorporando soluciones basadas en la naturaleza, participación ciudadana, aumento de presupuestos, niveles de información y recursos que permitan financiar la acción climática. Para qué decir la bajada de iniciativas a nivel local: el proyecto margina a los municipios, lo cual nos parece un error, porque estos son clave en la implementación de medidas para la reducción de desastres. Además, concentra gran parte del trabajo de implementación de acciones contra el cambio climático en el Ministerio del Medio Ambiente, sin incluir al Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación en la coordinación de las decisiones y, por otro lado, con una excesivo involucramiento del Ministerio de Hacienda a nivel de toma de decisiones financieras. Por todo ello y más, hacemos un llamado a los parlamentarios a mirar con lupa este proyecto antes de ser despachado”, enfatiza Herrera.

A continuación, corresponde que la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales del Senado analice, debata y legisle sobre cada una de las indicaciones presentadas, iniciando así su discusión particular. Es de esperarse, entonces, que los parlamentarios atiendan las preocupaciones de las organizaciones de la sociedad civil y los territorios, que han realizado un trabajo técnico para que Chile cuente con una buena Ley de cambio climático.

DESCARGA AQUÍ LA MINUTA SOBRE LAS INDICACIONES PRESENTADAS POR LA MESA CIUDADANA DE CAMBIO CLIMÁTICO.

Lorena Arce, codirectora Observatorio Ciudadano: “La insistencia del Estado en imponer su modelo de desarrollo, ha impedido avanzar hacia un diálogo intercultural con los pueblos indígenas”

En esta entrevista, la Codirectora del Observatorio Ciudadano y Coordinadora del Programa Biodiversidad y Alternativas al Desarrollo y representante de su organización en la Mesa Ciudadana de Cambio Climático, entrega una mirada amplia a los dilemas socioambientales que las etnias originarias enfrentan día a día y su inclusión en el proyecto de Ley Marco de Cambio Climático.


Los sucesivos hechos de violencia que se desencadenaron en la Región de La Araucanía durante el último mes,  abrieron una discusión en la opinión pública sobre la realidad que enfrentan los pueblos originarios en nuestro país, lo que según la Codirectora del Observatorio Ciudadano y Coordinadora del Programa Biodiversidad y Alternativas al Desarrollo, Lorena Arce, responde a una situación de “raíces históricas”, que el mismo Estado de Chile no ha sabido a encausar, llevando a los “niveles de violencia, odio racial y discriminación que hemos visto en las últimas semanas y que se van haciendo cada vez más difíciles de reparar”.

Si bien esta problemática parece distanciada de los temas ambientales, la perspectiva cambia al observar su inclusión en las políticas públicas: en julio, el proyecto de Ley Marco de Cambio Climático fue aprobado de forma unánime por la Comisión de Medio Ambiente del Senado, luego que distintas organizaciones -entre ellas la Mesa Ciudadana de Cambio Climático-, advirtieran las deficiencias del proyecto en materia de participación ciudadana. A propósito, el 27 de julio, la Corte Suprema emitió un informe dirigido a la comisión parlamentaria, recomendando que se establezcan normas sobre participación ciudadana en la iniciativa. Hace unos díaseste proyecto fue aprobado en la Sala de la misma cámara, también sin votos en contra, por lo que ahora corresponde ser votado en particular en la comisión de Medio Ambiente. Sin embargo, hasta la fecha, ni desde el máximo tribunal, ni desde los parlamentarios, se ha demostrado interés en incluir un proceso de consulta indígena en este proyecto de Ley.

¿Por qué se invisibiliza a las etnias originarias hasta en procesos institucionalizados? Esta pregunta cobra especial relevancia para el mundo ambiental en el contexto actual, donde se cruzan distintos escenarios para que la sociedad se cuestione los parámetros políticos y económicos sobre los que se sostiene.

Sin embargo, para Lorena Arce, este cuestionamiento es una constante que interpreta de forma casi natural, gracias al trabajo que su organización realiza desde sus inicios (2004) y, específicamente, en el programa que coordina, el cual estudia los desafíos que enfrentan muchas comunidades indígenas para la protección de la biodiversidad de sus territorios, “donde encuentran su sustento cultural, material y espiritual”.

Les invitamos a conocer la mirada de Arce, quien representa a su organización en la Mesa Ciudadana de Cambio Climático, siempre poniendo el punto en los dilemas socioambientales que las etnias originarias de nuestro país enfrentan día a día.

– ¿Por qué se produce esta discriminación en los temas ambientales a las comunidades indígenas?

En el caso de pueblos indígenas, resulta difícil tratar por separado los “temas ambientales”, como lo hace la cultura occidental, ya que todos estos se expresan de manera interrelacionada en cada territorio donde se sostiene y reproduce la vida material y espiritual de cada pueblo o comunidad indígena. Las aguas, los bosques, los mares, la biodiversidad, el clima, entre muchos otros, que el Estado aborda sectorialmente a través de distintos órganos e instrumentos, son para los pueblos indígenas parte de un todo, por lo tanto, la afectación de cualquiera de ellos rompe el equilibrio que permite permanecer y “vivir bien” en el territorio.

A esto se agrega el modelo (neo)extractivista, que ha primado no solo en Chile, sino en América Latina, y que entiende a la naturaleza como una fuente inagotable de recursos naturales, esenciales para el desarrollo. Nada más lejos de la cosmovisión de muchos pueblos indígenas y comunidades, especialmente de aquellos que todavía mantienen una convivencia muy estrecha y respetuosa con la naturaleza.

-¿Cuál es la principal deuda del Estado chileno con los pueblos indígenas en la actualidad?

Creo que las diferencias de enfoques y visiones de mundo están en la raíz de la deuda que el Estado chileno mantiene con los pueblos indígenas, al menos en materia ambiental. La insistencia del Estado en imponer su modelo de desarrollo y sus formas institucionales de diálogo sectorial, han impedido avanzar hacia un diálogo intercultural que permita incorporar de manera apropiada los estándares internacionales de derechos de pueblos indígenas en estas materias, como el derecho a la consulta previa y al consentimiento. Esto, a pesar de que tanto el Convenio 169 de la OIT como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas establecen claramente los derechos al medio ambiente y los recursos naturales de los territorios que habitan y ocupan los pueblos indígenas, así como el deber de los gobiernos de tomar medidas, en cooperación con los pueblos interesados, para garantizar su protección[1].

En este sentido, la deuda ambiental del Estado con pueblos indígenas se expresa en muchas situaciones. Por ejemplo, cuando el Estado prioriza y apoya a industrias extractivas, mineras, forestales, acuícolas, en pos de su “modelo de desarrollo”, por sobre su deber de garantizar la protección de territorios indígenas. O por ejemplo, en el Proyecto de Ley de Biodiversidad, que se inició sin un proceso de consulta previa, libre informada, lo que se logró solo después de un largo proceso de incidencia. En consecuencia, si bien hay avances, ha costado mucho llegar a un proyecto de ley que reconozca de manera adecuada la importancia de los pueblos indígenas en la conservación de la biodiversidad y sus derechos en las áreas protegidas que se sobreponen con sus territorios.

– El Proyecto de Ley Marco de Cambio Climático no establece un proceso de consulta indígena, aun cuando la mayoría de estas comunidades habitan en los territorios más afectados por los impactos del cambio climático que vemos hoy en día, ¿debido a qué factor crees que responde esta carencia?

El hecho de que se haya iniciado la discusión del Proyecto de Ley Marco de Cambio   Climático descartando un proceso de consulta indígena, lamentablemente refuerza lo dicho anteriormente y lo lejos que está el Estado de reconocer el rol clave que tienen los pueblos indígenas en las acciones de mitigación y adaptación frente al cambio climático, a pesar de haber sido claramente señalado en el último informe del IPCC de 2019.

– ¿Cómo pueden aportar las comunidades indígenas para enfrentar los desafíos climáticos, en este y otros proyectos ambientales?

Los pueblos indígenas no son solo una de las poblaciones más vulnerables a los efectos del cambio climático, por lo tanto sujetos de medidas de adaptación, sino también son custodios o guardianes de importantes sumideros de carbono, como los bosques, los humedales, las turberas y áreas marinas, por lo tanto claves en las medidas de mitigación. Como señaló Vicky Tauli, la ex-relatora especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, en respuesta al informe del IPCC: “por primera vez, los principales científicos del mundo han confirmado lo que siempre hemos sabido: respetar los derechos a la tierra de los pueblos indígenas y las comunidades locales es una solución inmediata y práctica para el cambio climático.”[2]

Al consultar a la División de Cambio Climático sobre las razones para no haber realizado un proceso de consulta indígena de este proyecto de ley, señalaron que siguiendo el procedimiento, pidieron un informe de procedencia al Ministerio de Desarrollo Social. La Subsecretaria de Servicios Sociales de dicho ministerio concluy[3] que “(…) el anteproyecto de Ley Marco de Cambio Climático no es susceptible de afectar directamente a los pueblos indígenas y, por tanto, es de la opinión de que no se requiere un proceso de Consulta Indígena previo a su envío al Congreso Nacional.

– El 27 de julio, la Corte Suprema emitió un informe respecto el contenido del proyecto, en el cual explicitó la necesidad de que las normas sobre participación ciudadana queden establecidas en él. Si se incorpora esta observación, ¿tendría incidencia en los aspectos indígenas que la Ley debería incorporar?

La participación ciudadana se aborda de manera muy débil en este proyecto de ley y es algo que estamos analizando y discutiendo en la Mesa de Cambio Climático. Sin embargo, aunque este logre reforzarse incorporando nuevas normas, esto no reemplaza a la Consulta Indígena y la forma en la que debe ser realizada según lo establece el Convenio 169 de la OIT.

– Actualmente, el conflicto interétnico mapuche ha copado la agenda de prensa nacional. ¿Cómo ven ustedes desde el Observatorio Ciudadano, las problemáticas culturales que se ha dado en el sur de Chile? ¿Cuál es su relación con la “discriminación” ambiental que los pueblos indígenas viven a nivel estatal?

Frente al conflicto entre el Estado chileno y el pueblo mapuche –y que ha ido involucrando cada vez más a la sociedad chilena– lo entendemos como un problema con raíces muy profundas e históricas que el Estado no ha logrado abordar mediante procesos de diálogo horizontal. Por el contrario, ha criminalizado las demandas del pueblo mapuche actuando con medidas represivas que solo han agudizado el conflicto, llegando a los niveles de violencia, odio racial y discriminación que hemos visto en las últimas semanas y que se van haciendo cada vez más difíciles de reparar.

Es en este contexto que nos parece que el proceso constituyente se establece como una posibilidad única de generar dicho diálogo, para abordar los temas profundos –negación, discriminación, despojo territorial– que han generado la conflictividad no solo con el pueblo mapuche, sino también con la mayor parte de los pueblos indígenas del país. Esperamos que este proceso concluya con una Carta Fundamental que establezca las bases de una nueva forma de relación entre el Estado y los pueblos indígenas y que ponga fin a dicha negación y reconozca los derechos colectivos que les corresponden.

 

[1] Art. 7, 15 del Convenio 169, OIT; art. 29 DNUDPI.
[2] https://www.mensaje.cl/el-rol-clave-de-los-indigenas-y-la-alimentacion-para-frenar-el-cambio-climatico/
[3] Oficio Nº3582, 26 de septiembre de 2019, Subsecretario de Servicios Sociales