¡Keyuwün – Entre todos nos apoyamos! Campaña de ayuda a familias mapuche del territorio sur de Icalma

  • La campaña busca recaudar fondos para adquirir 100 canastas de alimento e insumos básicos para las familias más afectadas y se extenderá hasta el 31 de agosto.

Por comunicaciones Observatorio Ciudadano

Con el propósito de ir en auxilio de familias de las 16 comunidades mapuche del territorio sur de Icalma afectadas por las sucesivas cuarentenas y confinamiento producto de la pandemia del Covid-19, lo que les ha impedido desarrollar las actividades que les permitían contar con el sustento para sus hogares y que no tienen acceso a las ayudas que ha implementado el gobierno, el Comité Pro Comuna del territorio sur de Icalma, la Delegación Municipal de Icalma y actores locales e indígenas de la zona, con el apoyo del Observatorio Ciudadano, lanzaron la campaña ¡Keyuwün – Entre todos nos apoyamos!, cuyo objetivo es recaudar fondos para adquirir 100 canastas de alimentos e insumos básicos.

“Nuestra gente sigue aún en resguardo producto de la pandemia, lo que ha sido muy favorable para evitar nuevos brotes de contagios y muertes, pero también el que no puedan trabajar como habitualmente lo hacen como temporeros, dejando de percibir recursos esenciales para sobrevivir”, explica Joaquín Meliñir, delegado municipal de Icalma.

Esta situación se ha visto agravada con el inicio del periodo invernal, dado que los meses de julio, agosto y septiembre son los más duros por las bajas temperaturas en esta zona cordillerana de Icalma Lonquimay. “Este invierno ha sido uno de los más complejo que hemos tenido por las nevazones que están afectando al territorio, generando problemas de conectividad por el cierre de caminos, y dificultades para conseguir forraje para los animales y alimentos”, agrega.

Estas condiciones climatológicas adversas y las medidas de distanciamiento social, tampoco ha permitido la llegada de turistas. “Mucha gente que llegaba en esta temporada a hacer ocupación de cabañas, consumir productos gastronómicos, y que este año no ha existido, por lo que muchas de estas familias llevan ya casi cuatro meses sin percibir ingresos y no cuentan con apoyo del gobierno. Que lo están pasando mal, pues no tienen trabajo, ni tampoco encontrar otras formas de financiamiento para comprar sus alimentos y adquirir abrigo”, finaliza.

Las donaciones pueden hacerse a través de transferencia bancaria a la siguiente cuenta corriente del Banco Santander: Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas; RUT 65.436.570-9; Número de cuenta: 63547409.

Asimismo, para aquellas personas que quieran hacer aportes en ropa o alimentos en forma directa, están dispuestas las instalaciones de la Delegación Municipal de Icalma.

 

Mayores informaciones:

https://observatorio.cl/noticias-especiales/campana-de-ayuda-a-familias-mapuche-del-territorio-sur-de-icalma/

Para consultas contactarse al mail: comunicaciones3@observatorio.cl

 

Joaquín Meliñir, delegado municipal de Icalma:

 

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Carta Abierta: FIDH invita al Estado de Chile a garantizar el derecho a la vida y a la salud de los comuneros mapuche en huelga de hambre

París, Santiago de Chile, 30 de Julio de 2020

 

Sr. Sebastián Piñera Echenique

Presidente de Chile

Sr. Hernán Larraín Fernández

Ministro de Justicia y Derechos Humanos

 

Sres. Directores de los Centros Penitenciarios de Temuco y Angol

 

Asunto: Preocupación por la situación de los comuneros mapuche en huelga de hambre en un contexto de pandemia

 

La FIDH – Federación Internacional por los Derechos Humanos-, les escribe para mostrar su preocupación por la grave situación de nueve comuneros mapuche en huelga de hambre y privados de la libertad en los Centros Penitenciarios de Angol y Temuco (5 en condición de imputados y 4 condenados) por causas relacionadas a las reivindicaciones territoriales del pueblo mapuche.

Actualmente los nueve comuneros se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad por la actual pandemia, así como en una situación muy delicada de salud a causa de la huelga de hambre, lo que ha generado síntomas como cefalea, náuseas, vómitos recurrentes, intolerancia a los líquidos, calambres e insomnio, circunstancias que según el Observatorio Ciudadano, se encuentran acreditados debidamente[1].

Los nueve comuneros mapuche Sergio Levinao Levinao, Víctor Llanquile Pilquimán, Juan Queipul Millanao, Juan Calbucoy Montanares, Freddy Marileo Marileo, Danilo Nahuelpi Millanao, Reinaldo Penchulef Sepúlveda, Hantu Llanca Quidel y el Machi Celestino Córdova Tránsito[2] llevan más de 80 días en huelga de hambre líquida planteando una serie de demandas que contemplen lo establecido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre ellas, que se establezcan medidas alternativas a la privación de la libertad, de manera que puedan cumplir sus condenas o medidas cautelares en sus comunidades. A su vez, las nueve personas mapuche solicitan que se modifique el Reglamento 518 del Ministerio de Justicia del año 1998 sobre Establecimiento Penitenciarios, ya que éste no reconoce las particularidades de las personas privadas de las libertad pertenecientes a los pueblos indígenas, distando enormemente de los estándares de derechos humanos.

A la fecha hay alrededor de 30 personas pertenecientes al pueblo mapuche que se encuentran en recintos penales y que en el actual contexto de pandemia por Covid-19, no cuentan con las mínimas condiciones de seguridad sanitaria al interior de los penales y corren un alto riego de contagio.

En el marco de la pandemia, la FIDH ya se ha pronunciado[3] en el caso de los comuneros mapuche  de la comunidad de Temulemu, Carlos Pichún Collonao, Eduardo Márquez Inan, Cristofer Pino Cunin, Victor Marileo Ancapi, solicitando su liberación inmediata y recordando que las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos de las Naciones Unidas (Reglas Nelson Mandela) y la declaración conjunta de la ONU, la OMS, el ONUSIDA y la ACNUDH sobre el covid-19 en los centros de prisiones u otros centros de detención del 13 de mayo 2020[4] contemplan que se debe preservar y proteger a las personas privadas de la libertad, ya que se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad.

Por todo lo anterior, la FIDH se dirige respetuosamente a ustedes con el fin de invitarlos a:

 

-Tomar medidas alternativas que contemplen la detención domiciliaria, dirigidas a los actuales presos mapuche que se encuentran en prisión preventiva y en huelga de hambre, teniendo en cuenta su situación de extrema vulnerabilidad en el marco de la pandemia de COVID- 19

-Brindar asistencia médica a las personas privadas de la libertad del pueblo mapuche acorde con los estándares internacionales de derechos humanos, y con sus particularidades y prácticas culturales, como lo estipula los artículos 8, 9 y 10 del Convenio N° 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas

-Realizar una investigación imparcial que tome en cuenta los principios de presunción de inocencia, debido proceso, y que se encuentre en estricto cumplimiento de los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad de la pena.

-Poner en marcha una mesa de diálogo directo entre las autoridades de Gobierno, los huelguistas mapuche y sus vocerías, con el fin de respetar los Instrumentos Internacionales de derechos humanos ratificados por Chile

 

Sin otro particular, les saluda atentamente.

 

Gloria Cano Legua, DNI 21404682

Secretaria General de la FIDH

[1]    Observatorio Ciudadano, (17 de Julio 2020), Comunicación, llamamiento urgente a Relator Especial de pueblos indígenas sobre la situación de presos mapuche en huelga de hambre  https://observatorio.cl/hacen-llamamiento-urgente-a-relator-de-pueblos-indigenas-de-naciones-unidas-por-situacion-de-presos-mapuche-en-huelga-de-hambre/

[2]    A la que se han sumado 18 personas mapuche privadas de libertad en apoyo a las demandas.

[3]    FIDH, Carta Abierta Comuneros mapuche detenidos en chile deben ser liberados. (Julio 2020). https://www.fidh.org/es/region/americas/chile/fidh-comuneros-mapuche-detenidos-en-chile-deben-ser-liberados

Contactos prensa:

José Carlos Thissen (español, francés, inglés) – Tel: +51 9541 31650 (América Latina) jcthissen@fidh.org

Eva Canan (español, francés, inglés) – Tel: + 33 6 48 05 91 57 ( París) ecanan@fidh.org

 

 

La FIDH (Federación Internacional de Derechos Humanos) es una ONG internacional de defensa de los derechos humanos que federa a 192 organizaciones en cerca de 120 países. Desde 1922, trabaja por los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, tal como están enunciados en la Declaración Universal de Derechos Humanos.  La sede de la FIDH se encuentra en París y la organización tiene oficinas en Abiyán, Bamako, Bangkok, Bruselas, Conakry, Ginebra, La Haya, Nueva York, Pretoria y Túnez.

 

FIDH es el acrónimo francés de «Federación Internacional de Derechos Humanos». Por favor, asegúrese de usar “FIDH” cuando se refiera a la organización (oral y escrito), independientemente  del idioma del artículo. Si tiene que precisar el nombre completo de la FIDH, por favor, utilícelo una sola vez al principio: «FIDH (Federación Internacional de Derechos Humanos)» y luego sólo como «FIDH» o “la FIDH”.

Lanzan informe sobre impactos de la minería canadiense en territorio ancestral del pueblo colla

 

  • El estudio se centra en proyectos impulsados por la empresa Kinross Gold Corporation, a través de su filial chilena Minera Mantos de Oro. Identificando derechos afectados, formula recomendaciones a la empresa y los estados de Chile y Canadá.

 

Por Comunicaciones del Observatorio Ciudadano

Este martes el Observatorio Ciudadano dio a conocer el informe «Evaluación de impacto en derechos humanos de proyectos mineros canadienses en territorio colla en Chile: El Caso de Kinross y la comunidad Pai-Ote», realizado por los abogados José Aylwin y Felipe Guerra, coordinadores del Programa Globalización y Derechos Humanos y del Área Jurídica de la organización, respectivamente.

Dicho estudio identifica y hace evaluación de los diversos impactos que tienen los proyectos mineros desarrollados por empresas canadienses en el territorio de ocupación tradicional del Pueblo Colla, esto en la Región de Atacama en el norte de Chile, en particular sobre los derechos humanos de este pueblo y sus miembros.

Para la investigación, sus autores utilizaron la metodología Todo Derecho para evaluaciones de impacto en los derechos humanos (EIDH, Oxfam y Federación Internacional de Derechos – FIDH, 2011), basada en el aporte y trabajo con la comunidad afectada, y tomando como referencia para medir el impacto real o potencial de un proyecto de inversión sobre los derechos humanos, tomando como marco de referencia los derechos humanos y los Principios Rectores (PR) de Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos (Consejo de Derechos Humanos, Naciones Unidas, 2011).

Esta metodología, además, permite la elaboración de recomendaciones que pueden servir como base e insumo para promover diálogos horizontales entre las comunidades y los agentes públicos y privados implicados en los proyectos de inversión, los cuales, generalmente, se desarrollan en contextos de asimetría de información.

Kinrros y la comunidad de Pai-ote

Al menos seis proyectos mineros se encuentran actualmente en desarrollo en el territorio Colla, tres en fase de explotación y tres en fase de exploración, optando los investigadores por el análisis en profundidad de los proyectos La Coipa y La Coipa Fase 7 y su impacto en los derechos humanos de la comunidad Colla de Pai-Ote, puesto que estos conforman una unidad productiva. Proyectos que son impulsados por la empresa Kinross Gold Corporation de Canadá, a través de su filial chilena Compañía Minera Mantos de Oro.

 

“La decisión de abocarnos al estudio en profundidad de este proyecto minero en particular, surgió a requerimiento de la propia comunidad, que durante décadas ha debido convivir con esta iniciativa y soportar las graves consecuencias socioambientales que ha tenido para sus territorios de uso y ocupación tradicional”, aclara Felipe Guerra.

Derechos vulnerados

Entre algunas de las conclusiones a las que arriban los autores del informe tras analizar la información del caso, es que al Estado de Chile le cabe una responsabilidad central en la vulneración de los derechos de la Comunidad Colla de Pai-Ote, así como de las demás comunidades collas que hacen uso del territorio hoy impactado por los proyectos mineros La Coipa y La Coipa Fase 7 de Kinross.

Lo anterior, porque no ha cumplido con su obligación de proteger a esta comunidad frente a los abusos de derechos humanos cometidos por terceros, siendo el Deber del Estado de Proteger uno de los pilares de los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos de Naciones Unidas (Pilar 1.1 PR).

En efecto, el Estado otorgó a terceros ajenos a las comunidades collas las concesiones mineras que dieron origen a los proyectos que hemos analizado en este informe. Lo mismo ha sucedido con los derechos de agua para sus faenas, otorgándoles preferencia sobre las comunidades, en este caso la Comunidad Colla de Pai-Ote, desconociendo así el derecho de propiedad sobre las tierras y recursos que tradicionalmente han ocupado o que son fundamentales para la conservación de otros recursos que tradicionalmente ocupan, como son las vegas y bofedales, conforme al derecho nacional e internacional aplicable.

Por otro lado, este otorgamiento por parte del Estado fue realizado sin respetar el derecho de consulta, ni de consentimiento libre, previo e informado de la comunidad, así también su derecho a definir sus propias prioridades en materia de desarrollo, al evaluar bajo la modalidad de simple Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y no un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) a ambos proyectos, lo que no garantizó que la Comunidad fuese debidamente consultada previo a la aprobación ambiental. Tampoco cumplió con su obligación de asegurar que esta comunidad pudiese participar de los beneficios que reportan las actividades mineras de la empresa, así como ser compensadas por los daños que les han sido provocados como consecuencia de ellas.

Otro incumplimiento grave, probablemente el que más señalan los autores, es que los órganos del Estado si bien documentaron en los noventa las tierras de ocupación tradicional de las comunidades collas, incluyendo la Comunidad Colla de Pai-Ote sobre las cuales se asientan los proyectos mineros La Coipa y la Coipa Fase 7, no desarrollaron la acción necesaria para su reconocimiento y titulación. Ello a diferencia de otras comunidades collas cuyas tierras de ocupación tradicional, sí han sido reconocidas por el Estado.

Asimismo, resulta grave que no se evaluaran los impactos sinérgicos que tienen las extracciones de aguas realizadas por diversas empresas sobre los acuíferos que alimentan los sistemas de vegas y bofedales que hacen parte del Sitio Ramsar Complejo Lacustre Laguna del Negro Francisco y Laguna Santa Rosa, los que son utilizados desde tiempos inmemoriales por diversas comunidades collas.

Por todo lo anterior, «este informe viene a corroborar que la gran minería en Chile se sigue desarrollando con grave vulneración a los derechos de los pueblos indígenas, en particular aquellos como la tierra, el agua, la consulta y el consentimiento que han sido reconocidos por instrumentos internacionales sobre derechos de pueblos indígenas,  como el Convenio 169 de la OIT que Chile ha ratificado”, agrega José Aylwin.

 

“También viene  a demostrar que, además de la responsabilidad que tiene el Estado de Chile al no proteger los derechos de estos pueblos en el contexto de proyectos mineros como la Coipa y La Copia y La Coipa Fase 7 en territorio de la Comunidad Colla Pai Ote,  tanto las empresas, como Kinross en este caso, y el Estado de Canadá, incumplen estándares de derechos humanos al desarrollar y/o apoyar esos proyectos con evidente afectación de los derechos de estos pueblos», concluyó.

 

¡Urgente! Piñera – Larraín: ¿Ensañamiento con los presos Mapuche en huelga de hambre?

El Equipo de Trabajo por Derechos Colectivos señaló que el gobierno está demostrando su ensañamiento con los presos políticos Mapuche, desoyendo al mundo democrático de los derechos humanos, al poner en grave riesgo la integridad física de los prisioneros al negarse a establecer canales de diálogo y una solución frente a las demandas de los presos Mapuche en huelga de hambre, quienes han sido objeto de persecuciones y una abusiva criminalización por parte del estado y ciertos grupos económicos.

El Equipo señala que la situación es crítica y teme que para el Presidente Sebatián Piñera y para el Ministro de Justicia, Hernán Larraín, llevar a un extremo la situación de los presos políticos Mapuche en huelga de hambre, sea simplemente para estos personeros agregar nuevos casos a su alto prontuario de violaciones a los derechos humanos que tienen, en medio de múltiples indiferencias, donde la vida de las personas no importa, sí los intereses de grupos empresariales y latifundistas colonialistas, los que continúan con altísimos privilegios de un estado subsidiario, con diversos negocios en el comercio exterior, como son los acuerdos con la Unión Europea que promueve actualmente el gobierno.

A continuación, el comunicado:

El Equipo de Trabajo por Derechos Colectivos, ante la situación crítica que viven los presos mapuche en huelga de Hambre y que son los siguientes: Centro Penitenciario de Angol desde el 4 de mayo; Sergio Levinao Levinao, Víctor Llanquileo Pilquimán, Juan Queipul Millanao, Juan Calbucoy Montanares, Freddy Marileo Marileo, Danilo Nahuelpi Millanao, Reinaldo Penchulef Sepúlveda y Hantu Llanca Quidel y Antu Llanca Quidel (Desde el 18 de mayo). Centro Penitenciario de Temuco desde el 4 de mayo; Machi Celestino Córdova Tránsito, autoridad espiritual tradicional del pueblo mapuche. En el Centro Penitenciario de Lebu desde el 5 de julio; Eliseo Raiman Coliman, Matías Leviqueo Concha, Carlos Huichacura Leviqueo, Manuel Huichacura Leviqueo, Esteban Huichacura Leviqueo, Guillermo Camus Jara, Cesar Millanao Millanao, Orlando Saez Ancalao, Damian Saez Saez, Robinson Parra Saez y Oscar Pilquiman Pilquiman. En el Centro Penitenciario de Temuco desde el 19 de julio; Se suman Daniel Canio Tralcal, Facundo Jones Huala, José Cáceres Salamanca, Juan Cheuqueta Cheuquepil, Fermín Marquez Inal, Cristhofer Pino Curin, Victor Marileo Ancapi.

Expone lo que a continuación indica:

– Algunos personeros de gobierno, como el Intendente Víctor Manioli en la Araucanía, han descartado que quienes están en huelga de hambre tengan la condición de “Prisioneros Políticos”, sin embargo, el conjunto de los presos que llevan adelante esta medida de protesta en las cárceles de Angol, Temuco y Lebu, se les privó de toda posibilidad de acceder a los cambios de medidas cautelares, libertades condicionales y la aplicación del indulto conmutativa, que fue aplicado a 13.321 reclusos que salieron de prisión entre el 18 de marzo y el 31 de mayo, en medio de la crisis sanitaria del coronavirus, que equivale a un tercio de las personas actualmente privadas de libertad en Chile.

– La mayoría de los presos políticos mapuche han sido objeto de criminalizaciones en el marco de conflictos por tierras ancestrales, como también, de ser objeto de altísimas penas, abusivas y desproporcionadas, incluyendo aquí los 21 años de cárcel que pesan contra Víctor Llanquileo Pilquimán, que ha sido parte junto a su familia, de históricas luchas por los derechos territoriales del Pueblo Mapuche, tal cual sucede con numerosos jóvenes que desde su infancia han sido objeto de sistemáticas represiones estatales.

– Más allá incluso de las medidas que otorga la Ley penitenciaria Covid 19, discriminación que involucra la responsabilidad directa del Ministro de Justicia, Hernán Larraín, también se ha negado a los presos mapuche una serie de medidas que el propio sistema carcelario otorga en temas de salud intercultural, el acceso a Centros de Estudios y Trabajo o el derecho a la educación o capacitación.

– En el marco de la huelga de hambre, el Gobierno incumple en sus obligaciones para «adoptar medidas» hasta el máximo de los recursos de que dispongan para lograr la plena efectividad de los derechos humanos, transgrediendo el pacto de San José – Convención Americana sobre Derechos Humanos, así como diversos tratados internacionales de Derechos Humanos de Naciones Unidas, incluyendo, las normas internacionales sobre Pueblos Indígenas como el Convenio 169 de la OIT y su interpretación a la luz de la Declaración ONU Pueblos Indígenas, que instan a adoptar medidas especiales y alternativas a la población indígena en casos de aplicación del sistema penal.

– La gravedad no solamente radica en su inacción para obrar por la vida, integridad, justicia y reparación de los derechos de los prisioneros Mapuche, peor aún, ha venido asumiendo actitudes de desprecio absoluto a los derechos humanos, con una pública posición a favor de quienes han cometido crímenes de lesa humanidad durante la dictadura militar y se encuentran en las cárceles de Colina y Punta Peuco, con diversas diligencias para sus libertades.

– La situación de los presos Mapuche es crítica, cuya huelga además de poner en riesgo sus vidas, con todo este tiempo transcurrido, aún cuando se solucione prontamente su situación, se corre el grave riesgo, especialmente por quienes han asumido esta medida de protesta desde el 4 de mayo del 2020, de quedar con secuelas a su integridad física y psíquica, en medio de la indiferencia de un Ministro de Justicia que tiene todas las atribuciones para destrabar la huelga en cumplimiento de su deber como agente del estado, pero una vez más ha sobrepuesto su sesgo hiperideologizado de desprecio por la vida, en atención a sus vínculos con sectores extremistas fascistas y neonazis, promotores del terrorismo del estado y de asociaciones ilícitas, como fue con Colonia Dignidad y en particular con Paul Schäfer, siendo Larrain parte del “Grupo de Amigos de Colonia Dignidad“, según reveló el medio alemán DW en febrero de este 2020.

– La vida de seres humanos está en grave riesgo y el atentado a los derechos humanos a estas personas sería para el gobierno de Sebatián Piñera, agregar nuevos casos a su alto prontuario, donde la vida de las personas no importa, sí los intereses de grupos económicos, en especial, de empresarios forestales y de grupos de latifundistas colonialistas, principales instigadores del encarcelamiento de numerosas personas de comunidades Mapuche que vienen exigiendo por décadas, la restitución de tierras ancestrales Mapuche.

– No olvidar que fuentes oficiales del estado chileno en materia judicial registraban a fines de enero del 2020, 31 muertos en el contexto de protestas sociales. El informe oficial dado a conocer por el Instituto Nacional de DDHH para el período comprendido entre el 18 de octubre de 2019 y el 18 de febrero de 2020 en el marco del llamado “estallido o rebelión social”, reporta un total de 3.765 personas heridas (entre ellas 439 mujeres y 282 niños, niñas y adolescentes)y 411 traumas oculares. De las 2.122 heridas por disparos, 500 fueron por balas, 190 por balines, 271 por bombas lacrimógenas, 1.681 por perdigones y 200 sin causa identificada. El INDH ha presentado 1.312 acciones judiciales con escaso avance, entre ellas 5 por los homicidios cometidos por agentes del Estado;195 querellas por violencia sexual (violaciones, entre otros abusos) y 951 por torturas.

– La vida de los presos políticos Mapuche corre grave riesgo, en medio de la indiferencia y complicidad de la gran mayoría de los parlamentarios en Chile, así como también, de diversos sectores políticos que se dicen democráticos y respetuosos de los derechos humanos en diferentes países, pero que siguen estableciendo acuerdos comerciales con un gobierno y grupos económicos que violan sistemáticamente los derechos humanos en el País, en particular al Pueblo Mapuche. Actualmente, el estado subsidiario que promueve el gobierno de Piñera a favor de poderes económicos, incluye nuevos acuerdos comerciales con la Unión Europea. Es urgente la reacción en ese sentido, las manifestaciones, protestas, declaraciones públicas y recomendaciones de organismos de derechos humanos, el gobierno no las está escuchando.

Equipo de Trabajo por Derechos Colectivos

En Arica reconocen a mujeres Afrodescendiente en su día internacional

Organizaciones del pueblo Tribal Afrodescendiente chileno, junto a la Subdirección Nacional de Pueblos Originarios del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, relevan el legado de las mujeres afrodescendiente de Arica este 25 de julio, en su día internacional.

Homenaje póstumo

Con el fin de destacar la herencia sociocultural y política de las mujeres afrodescendientes en la Región de Arica y Parinacota, se reconoce en un homenaje póstumo a las cultoras, artistas y lideresas Julia Corvacho Ugarte y Rosa Güisa Lanchipa, destacadas por su compromiso, trabajo comunitario, legado patrimonial y solidaridad con las familias y organizaciones afrodescendientes.

Julia Corvacho Ugarte (1907- 1999) azapeña y comerciante, matriarca de una de las familias más numerosas de Arica. Se le ha considerado una de las grandes conocedoras de la historia afrodescendiente del Valle de Azapa, cultora de las festividades religiosas como la “Fiesta de San Miguel”, “Fiesta de las Cruces”, de “la Virgen de Las Peñas” y “Ño Carnavalón”. Además, fue una impulsora del deporte en su comunidad, seguidora del equipo de fútbol “Albarracín”, que luego pasó a llamarse “Lautaro”, el equipo de la “Corbachada”.

Actualmente, existe el Club de Adulto Mayor Julia Corvacho, constituido por mujeres y hombres afrodescendientes. La agrupación cultural obtuvo el 2011 el Reconocimiento de Tesoro Humano Vivo, otorgado por el ex Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, destacando a esta agrupación como fuente de transmisión de conocimientos y tradiciones a las actuales organizaciones del pueblo.

Rosa Güisa Lanchipa (1992-2014) Hija Ilustre de Arica y socia fundadora de la ONG Lumbanga. Para las y los afrodescendientes de Arica y del Valle de Azapa fue una referente que encarnaba fielmente la representación de sus ancestras, mujeres esforzadas, trabajadoras, nobles, amantes de sus familias, por sobre todas las cosas.

En la década del 2000 fue una de las primeras en participar del movimiento organizacional afrochileno, también fue pionera en la danza de los pasacalles afrodescendientes, siempre con el ánimo jovial que la caracterizaba. Desde el ex Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, fue reconocida como cultora destacada en el trenzado de fibra vegetal, a través de la totora.

Reconocimientos

Al homenaje póstumo, se suman el reconocimiento a once mujeres destacadas en la Región, por parte de representante de las organizaciones participantes activas del Plan de Revitalización 2018-2020 de la Subdirección de Pueblos Originarios.

Las mujeres destacadas, son: Albina Rosa Maldonado Bruz, Santa Ana Victoria Cadenas Castro, Ana Corvacho Bravo, Venancia Quintana Ugarte, Emilia Alfaro Alfaro, Evangelina del Carmen Flor Maldonado, Juana Huerta Corvacho, Manuela Matilde Güisa Lanchipa, María Edelmira Concepción Nieto Valverde, María Nieves Ríos y Raquel Corvacho Corvacho.

Día internacional

El Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente se conmemora cada 25 de julio desde 1992, ocasión donde mujeres afrodescendientes de 32 países de América Latina y el Caribe se reunieron en República Dominicana. Un encuentro histórico que tuvo como objetivo definir estrategias de incidencia política para enfrentar el racismo desde una perspectiva de género.

A lo largo de la historia, las mujeres han tenido un importante rol al momento de preservar, transmitir y difundir las culturas, papel que en el caso de las mujeres del pueblo Tribal Afrodescendiente chileno ha sido fundamental al momento de visibilizar la presencia de más de 400 años en el territorio de la actual región de Arica y Parinacota, que ha aportado riqueza y diversidad a la identidad del país.

Pronunciamiento OMCT: Las medidas adoptadas para proteger a la población penitenciaria deben ser aplicadas a los presos mapuches sin discriminación

Ginebra, 24 de julio de 2020 – Chile debe garantizar que los presos indígenas mapuche no reciban un trato discriminatorio en la aplicación de las medidas adoptadas para reducir la población carcelaria ante la actual crisis sanitaria provocada por la COVID-19

En el actual contexto de crisis sanitaria por COVID-19, la gestión efectiva de las cárceles y centros de detención, incluidas la toma de medidas de prevención y protección sanitarias adecuadas y la reducción de la población carcelaria, juega un rol esencial no solo en los esfuerzos para frenar la propagación de la pandemia, sino en la protección de las personas privadas de libertad, del funcionariado penitenciario y de la comunidad en su conjunto.

En esta línea, tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, han hecho reiterados llamamientos públicos exhortando a los Estados a tomar medidas alternativas a la privación de libertad para aquellas personas detenidas sin motivos jurídicos suficientes y a revisar los casos de prisión preventiva con el fin de reducir las altas tasas de hacinamiento en las prisiones.

La OMCT reconoce los esfuerzos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Chile y de la Defensoría Penal Pública para dar cumplimiento a la obligación del Estado de Chile de garantizar la salud y la integridad de las personas privadas de libertad ante la COVID-19, especialmente la adopción de la Ley de Indulto General Conmutativo y la aplicación del arresto domiciliario a cuatro mil personas privadas de libertad, cifra que representa el diez por ciento del total de la población carcelaria.

Sin embargo, la OMCT lamenta constatar que estas medidas están siendo aplicadas sin el debido respeto a los principios de igualdad y de no discriminación cuando se trata de personas presas pertenecientes al pueblo indígena mapuche, a quienes se les niega la aplicación de medidas alternativas a la cárcel, así como la posibilidad de cumplir con sus condenas o medidas cautelares en sus lugares de residencia. Ello contraviene, además, lo establecido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que establece la necesidad de dar preferencia a tipos de sanción distintos al encarcelamiento a las personas pertenecientes a los pueblos indígenas, teniendo en cuenta sus características económicas, sociales y culturales.

Ante dicha situación, numerosos presos mapuche, incluidos los Sres. Sergio Levinao, Víctor Llanquileo, Juan Queipul, Juan Calbucoy, Freddy Marileo, Danilo Nahuelpi, Reinaldo Penchulef y Hantu Llanca, detenido en el Centro Penitenciario de Angol, así como el Machi Celestino Córdova detenido en el Centro Penitenciario de Temuco, iniciaron hace más de doce semanas una huelga de hambre líquida en reivindicación a su derecho a recibir un trato no discriminatorio. Sin embargo, sus peticiones de diálogo han sido desoídas y su estado de salud ha empeorado de forma notable, hecho que los expone a un grave riesgo en caso de contagio de COVID-19.

Asimismo, la OMCT expresa su preocupación por el hecho de que cinco de los nueve presos mapuche en huelga de hambre se encuentren en prisión preventiva, por lo que la denegación de medidas alternativas a la prisión resulta aún más preocupante. La falta de revisión de sus casos por parte del Estado de Chile podría evidenciar, como la OMCT y otras organizaciones han denunciado de forma reiterada, el patrón de aplicación abusiva de la prisión preventiva contra individuos pertenecientes al pueblo mapuche investigados judicialmente en el país

Por todo ello, la OMCT insta al Estado de Chile a abstenerse de aplicar de forma selectiva y discriminatoria toda medida de prevención y protección adoptada en los sistemas penitenciario y judicial en el marco de la actual crisis sanitaria, a tomar de manera urgente las medidas necesarias para garantizar el derecho a la salud de todas las personas detenidas pertenecientes al pueblo indígena mapuche y a acceder a entablar un diálogo con éstas con el objetivo de que todas las medidas que se tomen para proteger su salud reconozcan las particularidades culturales y respeten los derechos del pueblo indígena mapuche.

 

Energías renovables y derechos humanos en Chile

Por José Aylwin, Felipe Guerra y Rubén Sánchez, investigadores del Observatorio Ciudadano

El reciente Informe del Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos sobre  energías renovables y  derechos humanos es de gran importancia para países como Chile. Ello por cuanto de acuerdo a la estrategia energética impulsada por el Estado chileno se pretende que para el 2050  el 70% de la matriz eléctrica  provenga de fuentes renovables, con énfasis en energía solar y eólica, complementadas con  desarrollos hidroeléctricos. De hecho para el 2023  se pretende lograr un incremento sustancial en  inversiones en proyectos de generación en energías renovables, los que aportarían al Sistema Eléctrico Nacional unos 5.960 MW. Entre los proyectos que agregarían mayor capacidad instalada están los parques eólicos (39%), centrales hidroeléctricas de pasada (16%), plantas fotovoltaicas (16%) y centrales termoeléctricas de ciclo combinado (11%).

No obstante la mega sequía que ya por una década ha afectado al centro-sur del país, y que ha tenido como consecuencia una grave crisis hídrica, gobiernos de distinto sello han seguido promoviendo el desarrollo de proyectos hidroeléctricos  considerados como “renovables”, muchos de los cuales se emplazan en cursos de agua en el territorio ancestral del pueblo mapuche.   Así, de  acuerdo a información pública en las regiones de La Araucanía y Los Ríos existen 30 proyectos hidroeléctricos  en procesos de evaluación ambiental,  los que se ubican principalmente en las cabeceras de cuencas en zonas cordilleranas en territorios de ocupación tradicional  mapuche. Entre las afectaciones a derechos  de pueblos indígenas que  estos generan están la alteración de los ecosistemas, la amenaza de  lugares sagrados de alta religiosidad y espiritualidad, la contaminación de los cursos de aguas y la vulneración del derecho a definir propias prioridades en materia de desarrollo, derechos consagrados en el  Convenio 169 de la OIT ratificado por Chile.

Por otra parte, el Código de Aguas, aprobado en 1981 durante la dictadura de Pinochet,  si bien declara las aguas como bienes nacionales, permite la concesión a particulares de derechos de aprovechamiento sobre esas aguas. Una vez otorgada la concesión pasa a ser protegido como propiedad privada según lo dispone la Constitución Política de 1980.  Al amparo de este Código, las hidroeléctricas detentan más del 85% de los derechos no consuntivos de aprovechamiento de aguas superficiales, la gran mayoría de ellos en poder de grandes conglomerados trasnacionales.

Ello ha incidido en la apropiación de muchas aguas de uso ancestral por las comunidades mapuche en el sur del país. El caso más conocido es el de las central hidroeléctrica Ralco en Alto Bío Bío en territorio del pueblo mapuche pehuenche en la segunda mitad de los noventa.  Dicha central construida por ENDESA SA (España), hoy  Ente Nazionale per l’Energia Elettrica, ENEL (Italia) significó la relocalización de 100 familias de sus tierras inundadas,  impactando gravemente, entre otros, el derecho a la tierra y al agua, el derecho a la consulta, y a definir su propio desarrollo.

Dos casos más actuales sirven para ejemplificar  la vulneración de los derechos del pueblo mapuche por proyectos de energía hidroeléctrica.   Uno es el  caso del río Pilmaiquen, donde se planea construir la Central Osorno con un embalse de aproximadamente 18 km de largo por el eje del río, que inundará 235,48 hectáreas aproximadamente, donde se encuentra la morada del Ngen Mapu Kintuante, fuerza tutelar que hace parte de un importante de un importante complejo natural ceremonial para la cosmovisión religiosa del Pueblo Mapuche-Williche.  A pesar de que la Central Osorno no se ha construido hasta la fecha, cuenta con un permiso ambiental que data de 2009, el cual se obtuvo luego de un irregular proceso de evaluación ambiental y tras presiones para evitar la implementación de un proceso de consulta indígena. Dichas presiones generaron que este proyecto fuera autorizado una vez que Chile había ratificado el Convenio 169 de la OIT, pero faltando dos meses de que este tratado internacional entrara plenamente en vigor en país.

Se trata de un proyecto hoy a cargo de la empresa estatal noruega Statkraft, cuyas prácticas  empresariales en este proyecto no son consistentes con los derechos de pueblos indígenas vigentes en Noruega.  La misma empresa impulsa el proyecto Central Los Lagos, también autorizado ambientalmente sin un proceso de consulta y sin el consentimiento de las comunidades mapuche-williche afectadas. Este proyecto supone la inundación de importantes sitios de significación cultural para las comunidades mapuche-williche ribereñas al Pilmaiquén, que en este caso corresponden a sitios arqueológicos que dan cuenta de su presencia y ocupación ancestral de dicho territorio. Sin perjuicio de lo anterior, a más de 10 años de aprobado dicho proyecto (al igual que la Central Osorno), aún no se ha construido.

El otro es el de la central Llancalil, proyecto consistente en una central de pasada con una potencia instalada de 6,9 MW de energía, emplazado en la cuenca de los ríos Llancalil y Liucura alto, en la comuna de Pucón, en la Araucanía. La empresa titular del proyecto es Inversiones Huife Limitada, cuyo capital es de origen alemán.  El proyecto se emplaza próximo a comunidades mapuche.    Desde el punto de vista de estas comunidades, estos elementos implican una grave afectación a los derechos territoriales y de vida. El proyecto no ha sido sometido a un Estudio de Impacto Ambiental, y tampoco a un proceso de consulta indígena, de acuerdo a Convenio 169.  Por lo anterior es que las comunidades mapuches y la ciudadanía de Pucón se han articulados recurriendo a diversas instancias (jurídicas, administrativas) para impedir la construcción de esta central, encontrándose su resolución pendiente.

Por todo lo anterior es que el Informe del CIEDH nos permite dar cuenta que las energías renovables, sino se implementan con la debida protección de derechos humanos por los estados, en este caso el chileno, y la debida diligencia de las empresas, pueden resultar en serias y graves vulneraciones a los mismos derechos.

Las peripecias por una licencia pre y post natal: Más que un derecho, un privilegio

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Mi hijo nació en abril pasado en medio de la pandemia. Además de los temores propios de la maternidad, que se exacerbaron producto de las medidas y el miedo contra el colonial-virus y un post parto complicado, debido a una anemia severa y problemas de lactancia, tuve que hacer frente al pésimo funcionamiento de COMPIN y pelear por mi licencia maternal, lo que ya anticipaba desde antes del parto.

Por mucho tiempo me negué a la posibilidad de ser madre. No porque no quisiera serlo per se, sino por lo difícil que es, en particular, cuando vives en un país donde los derechos sociales no están garantizados, ni existe una protección efectiva para las madres y puérperas.

Mi hijo nació en abril pasado en medio de la pandemia. Además de los temores propios de la maternidad, que se exacerbaron producto de las medidas y el miedo contra el colonial-virus y un post parto complicado, debido a una anemia severa y problemas de lactancia, tuve que hacer frente al pésimo funcionamiento de COMPIN y pelear por mi licencia maternal, lo que ya anticipaba desde antes del parto.

El año pasado, cuando comencé a investigar respecto a este beneficio, me di cuenta de los cientos de casos de madres que no pudieron acceder a este subsidio o que de plano les rechazaron sus licencias. También leí muchos testimonios que señalaban que el COMPIN les había calculado mal el pago de su pre y postnatal o que lo recibieron meses o un año después. Lo peor fue saber que no todas las mujeres que trabajan tienen derecho a este subsidio.

Si eres trabajadora dependiente o independiente y no tienes cotizaciones desde tres meses antes de quedar embarazada o no trabajaste o cotizaste antes de quedar embarazada, no podrás acogerte a este beneficio. ¿Y por qué digo beneficio?Porque si fuese un derecho, sería universal, y no importaría si eres trabajadora dependiente o independiente, si cotizaste o no, si eres chilena o extranjera. Un derecho es un derecho, y el pre y post natal lo entiendo como un derecho que toda mujer tiene por el solo hecho de convertirse en madre. Y es que esos seis meses que una está en casa cuidando a su bebé es un trabajo, que debería ser remunerado, sin condiciones. Porque seamos claros, una mujer trabaja tanto si tiene un empleo afuera del hogar, como si trabaja dentro de éste. Sin embargo, en la realidad, para acceder a este “derecho” en Chile, debes cumplir con varios requisitos.

En mi caso pese a cumplir con las exigencias, me he encontrado con varios problemas. Primero, rechazaron mi licencia pre natal pues me pedían antecedentes para comprobar mi embarazo, además de que debía especificar la fecha de concepción (¿?). Inaudito, considerando que tengo ficha en el consultorio y me saqué varias ecografías por Fonasa. Enojada, tuve que pedirle a mi matrona que emitiera un certificado corroborando el embarazo e indicando expresamente la fecha de concepción, el cual debía mandar a COMPIN. Lamentablemente, esto sucedió cuando comenzaba la pandemia y, por ende, no podía ir a las dependencias de esta institución a dejar los antecedentes , ya que sus oficinas sólo aceptaban licencias y no apelaciones.

La opción que quedaba, por defecto, era utilizar la plataforma en línea de COMPIN, pero ésta jamás cargó los documentos que debía subir. Intenté varios días, en distintos horarios, por diferentes exploradores de internet, pero nada. Al final tuve que hacerlo por otro medio y la licencia postnatal mandarla por correo electrónico. Tres meses después, pude confirmar por el portal www.milicenciamedica.cl que me habían aprobado ambas licencias. Sabía que COMPIN se demoraba en pagarlas, así lo corroboran los miles de testimonios y reclamos en contra de esta institución (reclamos y no felicitaciones como señaló el ministro Mañalich), por lo que me las aprobaran y pagarán tres meses después. Me pareció lo “normal”, incluso, “rápido”.

Para mi sorpresa, se me informó que como afiliada a Fonasa, debía retirar el subsidio de manera presencial en una sucursal de Banco Estado. Claramente con un recién nacido en casa no quería exponerme a contagiarme de Covid-19, así que traté infructuosamente de llamar a Banco Estado y a COMPIN para que de alguna manera me depositaran el beneficio en mi cuenta. Hasta escribí a la Superintendencia de Salud, la que me indicó que el requerimiento excedía sus funciones. Finalmente encontré un documento en línea de una caja de compensación que explicaba, paso a paso, cómo acceder al pago de licencias a través de la cuenta Rut y la página de Banco Estado y eso hice.

Sin embargo, me di cuenta que los montos asignados por las licencias de pre y post natal eran erróneos y volví a enojarme. Me pagaban menos del sueldo mínimo (siendo que mi salario es dos veces más que esto) y no tenía idea cómo habían calculado los montos. Con rabia, levanté reclamos por ambas licencias y solicité que me recalcularan lo asignado. A más de un mes y medio de eso, aún no me contestan. Y lo más seguro es que vuelva a trabajar y aún no obtenga respuesta.

Pero eso no es todo. Lo que vino a generar mi absoluta rabia e impotencia es que al llamar a COMPIN preguntando por la licencia post natal parental, me dicen que esta es una extensión de la anterior licencia, que se expide automáticamente y que el primer pago, de cuatro, será depositado el día 13 de julio. Luego de esa llamada, abrí la página de Banco Estado y veo que mi primer pago es por 5.437 pesos. Y mi indignación se acrecienta al ver el detalle de las liquidaciones de pago, en las que mi AFP se llevaba 259.041 pesos por ambas licencias.

Lo anterior es francamente una burla. ¿Qué hago con 5 mil pesos al mes? ¿Por qué la AFP recibe más dinero que yo? Y no me digan que eso es para mi futuro, porque sabemos que es dinero para inversiones y no para pensiones. Por cuestiones como ésta es que exigimos el 10%. ¿No se dan cuenta de que la gente está pasando miseria, hambre y estas empresas mientras tanto lucran con nuestros ahorros?

Dejando mi caso a un lado, lo más espantoso de todo es que las licencias son para muchas madres una esperanza de sustento en estos minutos. Y que de seguro hay madres que en medio de este contexto tan complejo y difícil como el actual, con altos porcentajes de cesantía, sus licencias quizá sean el único ingreso del hogar. Pero, ¿de qué sirve si las licencias las rechazan, no las pagan, pagan lo que quieren o las pagan meses después? ¿De qué derecho me hablan? Afortunadamente mi pareja no perdió su trabajo y podemos vivir con su sueldo, pero ¿qué pasaría si fuese madre soltera? ¿Cómo podría vivir con menos del mínimo mes a mes? ¿Cómo hacer frente a la maternidad si las condiciones materiales no están cubiertas?

Lo que cuento acá es, incluso, un privilegio, porque muchas mujeres por distintas razones no han podido ni siquiera obtener su pre y post natal y menos tienen el tiempo para escribir una columna como está denunciando estas injusticias. Hay mujeres que tuvieron licencias por enfermedad antes del embarazo que les impidió trabajar, madres estudiantes que aún no han cotizado, trabajadoras informales que no cotizan, trabajadoras a honorarios con cotizaciones intermitentes o trabajadoras cuyos empleadores no les pagaron sus cotizaciones y así, un sinfín de otras situaciones que impiden que las madres puedan optar a este beneficio.

Desgraciadamente esta es la realidad que se enfrentan las madres en Chile hoy, que no sólo tienen que criar (y el esfuerzo monumental que ello involucra sobre todo los primeros meses), sino también deben pensar cómo subsistir y no morir en el intento, en medio de una brutal crisis económica y sanitaria. Sin licencia maternal, sin bonos, sin cajas, sin ayuda y con la prohibición de trabajar.

No puedo evitar pensar entonces que tener una real licencia pre y post natal es un privilegio. Que son miles las madres que no sólo están pariendo y criando en pandemia, sino que además lo están haciendo casi desprotegidas, mientras el Estado falla en resguardar los derechos de mujeres embarazadas, puérperas y madres, y, por consiguiente, en proteger los derechos de bebés, niños y niñas. Y, por otro lado, aquellas madres que pudieron acogerse a la licencia maternal, y se les terminó o está por terminar, esperan con temor e incertidumbre volver a trabajar en este contexto, y ruegan porque se apruebe el post natal de emergencia, que tantas críticas ha suscitado.

Al final, sólo nos queda esperar que este proyecto prospere y luchar porque más temprano que tarde el Estado asuma la deuda que tiene con la maternidad y la niñez en el país.

Por la vida y la justicia: el machi Celestino y todos los presos políticos mapuche a sus territorios

Desde el 4 de mayo en Angol y Temuco y desde el 5 de julio en Lebu, decenas de presos políticos mapuche se encuentran en huelga de hambre. Entre sus demandas básicas están el cambio de medidas cautelares para todos los presos mapuche y presos políticos imputados del estallido social y que se respete y haga efectivo el Convenio 169 de la OIT, vigente en Chile desde 2008. Este convenio establece  que  debe darse preferencia a tipos de sanciones distintas del encarcelamiento, teniéndose en cuenta las características económicas, sociales y culturales de los acusados.

Al seguir negando  los derechos y la autodeterminación del pueblo mapuche, el Estado de Chile ha impedido que el machi Celestino Córdova pueda ser llevado a su Rewe, como autoridad de dicho pueblo, aunque él ya presenta síntomas graves en su salud. Según la doctora Leonor Olate, él ha perdido peso a un nivel crítico, con posibles daños renales, neurológicos y cardiovasculares severos, productos de la huelga de hambre en la lucha contra las condiciones miserables de la prisión política del Estado de Chile, agravadas hoy por la pandemia.

Frente a ello, queremos expresar nuestra absoluta solidaridad con los presos políticos mapuche y sus comunidades.

Exigimos que se cumplan las demandas básicas negadas a quienes están en huelga, y concedidas incluso a quienes en la Operación Huracán idearon un montaje destinado a inculpar de delitos a comuneros y líderes mapuche. Demandamos la liberación futura de los presos mapuche, ya que reconocemos el carácter político de su prisión: están en las cárceles del Estado por resistir al avance extractivista y capitalista sobre territorios ancestrales, en Wallmapu. Los monocultivos forestales y el raps transgénico, las  hidroeléctricas y la acuicultura, la minería, las salmoneras y otras empresas, con el apoyo del Estado, son responsables de usurpar los bienes comunitarios y poner en riesgo la vida de un pueblo y todos quienes habitan dichos territorios.

Llamamos también a todas las organizaciones plurinacionales a estar alerta y a sumarse a cualquier acto de solidaridad efectiva con la huelga de hambre y con la lucha por autodeterminación territorial del pueblo mapuche. Hoy la vida es el valor más preciado por la crisis sanitaria y sus consecuencias. Como habitantes de un territorio en el que habitan diversos pueblos originarios, no podemos tolerar que las vidas mapuche no importen lo mismo que las vidas de cualquier otro chileno o chilena.

En estos días cruciales, nuestra tarea es reiterar que las vidas de los mapuche y en especial de los presos mapuche importan, y denunciar a un Estado que les criminaliza como pueblo y a sus autoridades, en defensa de las ganancias y los intereses de los grandes empresas. Como Movimiento por el Agua y los Territorios,  defendemos la vida, y llamamos a todos y todas a actuar en consecuencia ante esta crítica situación que denunciamos.

¡Libertad a los presos políticos mapuche!

Hacen llamamiento urgente a relator de pueblos indígenas de Naciones Unidas por situación de presos mapuche en huelga de hambre

 

  • La comunicación a la Relatoría Especial fue presentada por la Coordinación de Organizaciones de Derechos Humanos de la Araucanía y el Observatorio Ciudadano.

Por comunicaciones Observatorio Ciudadano, 17 de julio 2020

Una comunicación especial haciendo un llamado urgente al Relator Especial de pueblos indígenas de Naciones Unidas, Francisco Cali, realizaron la Coordinación de Organizaciones de Derechos Humanos de la Araucanía en conjunto con el Observatorio Ciudadano, pidiendo su intervención ante la huelga de hambre que por más de 70 días mantienen nueve presos políticos mapuche recluidos en cárceles de Temuco y Ángol, a los que se sumaron el pasado 06 de julio otros 11 presos mapuche de la cárcel de Lebu.

En la comunicación, solicitan específicamente, que intervenga “frente al Estado de Chile, en búsqueda de resolver las peticiones planteadas por las personas privadas de libertad en huelga de hambre a través de un diálogo directo entre las autoridades de Gobierno, los huelguistas y sus vocerías, buscando acuerdos que permitan salvaguardar sus vidas e instando al Estado de Chile a respetar los Instrumentos Internacionales de derechos humanos de los cuales es parte nuestro país, principalmente en lo relativo a la necesidad de modificar el citado Reglamento 518 para adecuarlo a los estándares internacionales y en el cambio de medidas de cumplimiento penitenciario acorde a sus realidades culturales”.

Junto con dar cuenta de la delicada condición de salud de los huelguistas, que han perdido en promedio 20 kilos de peso y que ya han comenzado a presentar síntomas como cefalea, náuseas, vómitos recurrentes, intolerancia a los líquidos, calambres e insomnio, acreditadas en las diversas certificaciones acompañadas, informan sobre las demandas planteadas por los huelguistas, para que en el contexto de pandemia y respondiendo a los pronunciamientos que han formulado organismos internacionales como la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se realice un cambio de sus medidas cautelares y la forma de cumplimiento sus condenas, para que ésta pueda cumplidas en sus comunidades y de acuerdo a sus condiciones culturales, como establece el Convenio 169 de la OIT. Lo que hasta ahora les ha sido denegado.

Este situación contrasta “con el trato que han tenido los Tribunales de Justicia y el Sistema Penitenciario en los casos vinculados con funcionarios policiales que han cometido delitos en contra de personas mapuche, todos los cuales actualmente se encuentran con medidas de privación de libertad fuera de centros penitenciaros”, alegan en la comunicación. Por lo que esto constituye además “un trato discriminatorio que se da a las personas mapuche privadas de libertad en comparación con otros sectores de la población”, agregan.

Finalmente, en cuanto a la Reglamento 518 del Ministerio de Justicia del año 1998 sobre Establecimiento Penitenciarios, argumentan que este “no reconoce las particularidades culturales de las personas privadas de libertad pertenecientes a pueblos indígenas, distando sus condiciones penitenciarias enormemente de los estándares internacionales de derechos humanos, además no permitiéndose el pleno ejercicio de sus prácticas culturales, razones por las cuales esta normativa debe ser mejorada de forma urgente a fin de que se resguarden de manera efectiva sus derechos humanos y dar cumplimiento por parte del Estado de Chile a sus compromisos internacionales”.

Frente a este llamamiento urgente y el delicado estado de salud de los preso, el codirector del Observatorio Ciudadano, Hernando Silva, señaló “la situación de salud de los huelguistas es muy grave, por lo cual urge que es Estado – Gobierno, Poder Judicial, y Legislativo – atiendan a sus legítimas demandas accedan a éstas, las cuales se emparan en el derecho internacional y en las medidas requeridas en el contexto de pandemia”.

“Esperamos que las gestiones del Relator Especial sirvan para que el Estado de Chile se dé cuenta que es necesario terminar con el trato discriminatorio del sistema penitenciario en contra de las personas mapuche privadas de libertad, tanto en permitir ejercicio de sus prácticas culturales, como en las ponderaciones necesarias para permitir su cumplimiento penitenciario en lugares distintos a la cárcel, como sí ocurre con los funcionarios policiales que han cometido graves delitos en contra de personas mapuche como en los casos Huracán, Catrillanca y Lemún”, agregó.

Los presos actualmente en huelga de hambre son los siguientes: Centro Penitenciario de Angol; Sergio Levinao Levinao, Víctor Llanquileo Pilquimán, Juan Queipul Millanao, Juan Calbucoy Montanares, Freddy Marileo Marileo, Danilo Nahuelpi Millanao, Reinaldo Penchulef Sepúlveda y Hantu Llanca Quidel. Centro Penitenciario de Temuco; Machi Celestino Córdova Tránsito (autoridad espiritual tradicional del pueblo mapuche). Centro Penitenciario de Lubu; Eliseo Raiman Coliman, Matías Leviqueo Concha, Carlos Huichacura Leviqueo, Manuel Huichacura Leviqueo, Esteban Huichacura Leviqueo, Guillermo Camus Jara, Cesar Millanao Millanao, Orlando Saez Ancalao, Damian Saez Saez, Robinson Parra Saez y Oscar Pilquiman Pilquiman.

Revisa el llamamiento aquí